
Luis Bru
El sedicioso Francesc Homs está cada vez más cerca de ser juzgado, aunque no se arrepiente de sus actos, sino que reta a que en septiembre volverán a sacar las urnas a la calle, de manera definitiva.
El Tribunal Supremo ha dictado un auto que sitúa al actual diputado y exconseller de Presidència de la Generalitat Francesc Homs al borde del banquillo por la causa del 9N por delitos de prevaricación y desobediencia. El juez Andrés Palomo, instructor de la causa, ha dictado un auto de transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado, que supone que se formalizan las acusaciones contra Homs.
La causa ha terminado, por tanto, la fase de instrucción, y ahora se pasa al fiscal para que en un plazo de diez días solicite la apertura del juicio oral mediante sus conclusiones y un escrito de acusación, o pida el archivo, hipótesis esta última meramente formal y absolutamente improbable.
El auto del juez Andrés Palomo subraya que Homs era el 9N conseller de Presidència de la Generalitat y que el Tribunal Constitucional había suspendido la celebración de la consulta. Y añade que, a pesar de ello, Homs no suspendió los preparativos del 9N “a pesar de ser consciente” de la suspensión. El auto del magistrado dice también que Homs “potenció” la continuación de los preparativos del proceso participativo e impulsó contrataciones de servicios para hacer posible la consulta.
Entre otros indicios, cita la indicación que el entonces conceller Homs dio para contestar a una carta que había remitido T-Systems, empresa a la que se habían encargado diversas tareas de tratamiento informático en relación la consulta del 9-N, y que preguntaba si la suspensión acordada por el Constitucional afectaba a esos trabajos. La contestación instada por Homs fue que, tras consultar a los servicios jurídicos de la Generalitat (lo cual no había hecho), los servicios o actividades que proveía T-Systems no estaban explícitamente afectados por la providencia del Constitucional.