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La épica de las peshmergas

Redacción




Combatientes kurdas. /Foto: detectivesdeguerra.com.
Combatientes kurdas. /Foto: detectivesdeguerra.com.

Virginia Montes

Los terroristas de Daesh creen que si les mata una mujer irán al infierno. Aunque seguramente habrán ido todos, desde luego no pocos han ido llevados por un tiro de las peshmergas, las que no temen a la muerte, su épica se inició en Kobane.

Felicitaciones para la Humanidad, para el pueblo kurdo y para Kobane”, así dio a conocer el jefe de las Unidades de Protección Popular, YPG, la completa liberación de Kobane de las inmundas ratas integristas del ISIS, en lo que fue la primera victoria sobre este grupo diabólico, antes financiado por Arabia Saudí y entrenado por Estados Unidos. El 15 de septiembre, las ratas sanguinarias del ISIS entraron en la ciudad kurdo-siria de Kobane e iniciaron un asedio de cuatro meses. Las ratas –como les llaman los kurdos- pronto cantaron victoria y a mediados de octubre anunciaron, con falsedad, la toma de Kobane. No esperaban la tremenda derrota que sufrieron.

Heroína de la defensa de Kobane. /Foto: teinteresa.es.
Heroína de la defensa de Kobane. /Foto: teinteresa.es.

Con masacres, genocidios, violaciones y decapitaciones, las ratas llegaron a Kobane con su ansia de sangre. Los kurdos de Kobane desalojaron las aldeas vecinas, más de doscientos mil hicieron un éxodo hacia las montañas y hacia una Turquía ingrata, que también, a través de Erdogan, llegó a anunciar la caída de Kobane. Los kurdos se unieron y formaron las YPG, milicianos, mal armados, dispuestos a defender su tierra y a los suyos. Las ratas tenían armamento sofisticado. Se luchó en las calles. Más de 1.100 de esas ratas sanguinarias han sido abatidas.

Las ratas sanguinarias del ISIS han mostrado un total desprecio por las mujeres. Han proclamado que las iban a esclavizar, a utilizar como mercancía, a asesinarlas. Así lo fueron haciendo en las masacres en el camino hacia Kobane. Las mujeres kurdas de Kobane les hicieron frente. Han demostrado un sobresaliente coraje. Las YPG están formadas en un 40% por mujeres. Jóvenes y risueñas kurdas, orgullosas de defender a los suyos.

El terror se volvió contra los terroristas. Las mujeres de Kobane sabían que serían violadas y decapitadas. Eso les ha dado un carácter indómito. Una de ellas, rodeada, se armó con cuantos explosivos pudo y no permitió que la tomaran viva, llevándose con ella a muchas ratas al infierno.

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Las mujeres se pusieron en vanguardia en la lucha y eso atemorizó aún más a las ratas. Los del ISIS terminaron huyendo en ciclomotores hacia la acogedora Turquía del integrista Erdogan. Los terroristas han sido aterrorizados. El terror siembra terror y cosecha terror. Esa es una lección clara. Otra es que cuando se actúa con unidad, como hicieron los kurdos de Kovane, llega la victoria: 150 peshmergas llegaron desde el Kurdistán iraquí.

Mujeres peshmergas. /Foto: debates.coches.net.
Mujeres peshmergas. /Foto: debates.coches.net.

La ciudad siria de Serekaniye (Ras Al-Ayn), de mayoría kurda, es la última gran ciudad colindante con el Estado islámico. La única fuerza que protege Serekaniye del grupo terrorista son las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG). Desde 2012, una parte importantísima de las YPG está integrada por su sección femenina, las YPJ, que combaten al EI.

Las mujeres kurdas, muchas de las cuales apenas salían de su casa consagradas a los trabajos domésticos, se unen valientemente a estas unidades que desafían al EI, que en su día anunció que cualquier hombre que muera a manos de una mujer irá al infierno.

Todas jóvenes solteras, las peshmergas se entrenan durante solo un mes antes de entrar en combate contra el EI, que se encuentra a tan solo 3 kilómetros de su campo, por lo que el combate puede empezar en cualquier momento. «Organizamos estos campamentos donde se dan las condiciones apropiadas y cambiamos de lugar constantemente«, explica la comandante de las YPJ, compañera Tolhildan (‘Venganza’).

Después de un mes de entrenamientos, las jóvenes se dirigen al frente, donde en el mejor de los casos lucharán durante dos meses, después de lo cual podrán regresar a su casa solo por un día o dos, antes de volver al campo de batalla. Los padres de Gulán, una joven kurda de 18 de edad son conscientes de que ella puede morir. Aún así, quieren que vaya al campo. Y no porque no la quieran, sino todo lo contrario. «El EI nos atacó. Se llevan a nuestros niños, les cortan las cabezas. Secuestran a nuestras hijas y las deshonran«, relata el padre de Gulán. «Rezo para que nunca la tomen como rehén. Y si ocurre, que se dispare la última bala que le quede«, agrega.

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Gulán se unió a las filas de las YPJ no solo por su propia seguridad o por el amor a la patria. «Mi padre me quiere, ¿no es cierto? ¿Cómo puedo demostrarle mi amor? Iré a combatir al enemigo para que él esté a salvo y se sienta orgulloso de mí«, confiesa. Pero además existe una motivación social, ya que no quiere seguir viviendo en un mundo controlado por hombres, después de todo por lo que ha pasado.

«Nos hemos criado en una sociedad que obliga a la mujer a dedicarse únicamente a las tareas de la casa y en la que los hombres consideran a las mujeres como su propiedad, como un adorno, y no les permiten salir de casa. Para una mujer casarse es como caer prisionera. Considerando la mentalidad de nuestra sociedad, no se puede ni contemplar la posibilidad de que las mujeres casadas formen parte de las Unidades de Protección Femeninas. Queremos crear una nueva sociedad«, sostiene.

Dicen que estas kurdas guerreras cambiarán el mundo islámico, que serán claves para construir un Kurdistán libre. El tiempo lo dirá. Pero ya tienen su épica, se la han ganado con honor y sangre derramada el campo de batalla.

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