Miguel Sempere
Ha empezado en Madrid, de la mano de la liberticida Cristina Cifuentes, la tiranía LGTBI, a golpe de multas. La consejería de políticas sociales de la Comunidad de Madrid ha propuesto una multa de 1.000 euros a Carlos Martínez, director del Colegio concertado Juan Pablo II de Alcorcón por defender la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a educar a sus hijos.
Es la primera vez que se aplica la injusta y nefasta ley autonómica que sitúa a todos los colegios bajo la tiranía LGTBI y a favor de la heterofobia, aprobada por unanimidad en julio de 2015. Justamente contra la que el director cargaba en su misiva comparándola con el «fanatismo terrorista». Además, calificaba la norma de «absurda», a la que llamaba «Ley de Ideología de Género». «¡Qué barbaridad prescindir de la verdad natural del hombre y del derecho inalienable de los padres a la educación de los hijos!», exclamaba, defendiendo la racionalidad y la moral natural.
Expresiones de este tipo le han servido al gobierno autonómico para proponer esta sanción y acusar al director del colegio, perteneciente a la fundación ultracatólica Educatio Servanda, de cometer una infracción leve que prevé sanciones de entre 200 y 3.000 euros.
En concreto, la recogida en el artículo 70.2, que contempla como infracción «utilizar o emitir expresiones vejatorias por razón de orientación sexual e identidad o expresión de género o que inciten a la violencia contra las personas o sus familias, en la prestación de servicios públicos, en cualquier medio de comunicación, en discursos o intervenciones públicas o en redes sociales».
La consejería de políticas sociales había iniciado un expediente sancionador después de que la Fiscalía archivara el caso tras ser denunciado por la Comunidad, presidida por la liberticida e ignorante proteica, Cristina Cifuentes.
«Sale muy barato»
Arcópoli, la organización supremacista LGTBI que hizo pública la carta, muestra su satisfacción y asegura que exigirá a la Comunidad de Madrid » que imponga al director la obligación de disculparse con los mismos medios que utilizó». Aunque la organización supremacista está satisfecha asegura que «sale muy barato» en Madrid «adoctrinar de esta manera utilizando medios sufragados con nuestros impuestos«. Suponemos que se refiere a los impuestos de los padres.
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