Enrique de Diego
El secretario de organización de Ciudadanos, Francisco Hervías me quiere meter en prisión, entre seis meses y dos años. Eso es lo que interpretan buenos, sensatos y doctos amigos cuando han leído en el Facebook de Hervías el siguiente texto: “Pronto, muy pronto…Porque el delito de calumnia se castiga con multa de 4 a 10 meses. Si la calumnia se difunde con publicidad, es decir, por medio de la imprenta, radio, o similar, la pena será de prisión de 6 meses a 2 años, o multa de 6 a 24 meses. En estos casos también será responsable civilmente la persona física o jurídica propietaria del medio informativo por el que se difundiera la calumnia”.
Esos buenos, sensatos y doctos amigos llegan a esa conclusión porque el texto aparece inmediatamente después de que Rambla Libre desvelara que Fran Hervías trucó las elecciones primarias de Sevilla a fin de que saliera ganadora Virginia Millán Salmerón, su actual pareja, como nos han mostrado en entrañable foto navideña. Parece una conclusión llena de lógica de mis buenos, sensatos y doctos amigos.
Si fuera así, le habría sido muy conveniente a Fran Hervías no citarme ni a Rambla Libre porque imputando delito sería yo el que le llevaría de inmediato a los tribunales. Aunque no puede ser que se refiera a nosotros, porque nosotros ni hemos calumniado a Hervías ni lo vamos a hacer nunca a nadie, porque nuestro ánimo es siempre informar y describir la realidad. Somos, sencillamente, periodistas.
Y la realidad es penosa para Fran Hervías. Por de pronto, he de agradecer a los 187 exmilitantes y excargos orgánicos de Ciudadanos que se han puesto en contacto con Rambla Libre para ofrecerse como testigos, con el entusiasmo acelerado de pensar que Fran Hervías ya había presentado la querella –pues se refiere al ámbito penal- y ese sería el momento de hacer una causa general a Ciudadanos respecto a su verborragia regeneradora y su práctica aniquiladora de las personas. Todos están dispuestos a emprender viaje de inmediato por sus medios.
Porque lo que cada vez me llama más la atención es que en Ciudadanos, bajo control y directrices de Hervías –pues Ciudadanos es un partido jerárquico que funciona por delegación- no es que se expulse a la gente –hay ya hasta dos partidos, Ciudadanos de Centro Democrático y Unión de Ciudadanos Independientes en el que han ido recalando sus víctimas, y son gente capaz que crece- es que se pretende su muerte civil, con filtraciones interesadas y mendaces y haciendo la vida imposible a la gente.
Así que Fran, majete, antes de meter la pata hasta el corvejón, habla con Albert que te cargas tú solito, con inmensa torpeza, la farsa de Ciudadanos y los poquitos del clan tenéis muy claro que es vuestro invento y que no os lo va a quitar nadie y queréis vivir de esto. Que eres, Hervías, un manipulador y un falsario hay ya cientos de testigos con pruebas fehacientes dispuestos a corroborarlo. Es que te has pasado mil pueblos. Lo que en Rambla Libre no estamos dispuestos es a comulgar con tus inmensas ruedas de molino como tus últimas declaraciones: “Ciudadanos ha liderado la transparencia y la democracia interna en España».
¡Venga ya! Oféndete si quieres, pero la intención es puramente descriptiva, la ideología de Ciudadanos no es nazi –tampoco sé muy bien cuál es, al margen de la vaga referencia centrista, porque más bien parece un chiringuito con franquicias- pero su estructura sí. Funcionar con delegados territoriales designados a dedo por ti y por Albert equivale a los gauletiers del SNAP. No es que Ciudadanos no tenga democracia interna, es que se persigue a quien ose pensar y expresarse. Y con la protección y el control mediático, y a veces con periodistas a sueldo, se busca el descrédito y la demolición de la persona. Podría decirse que Ciudadanos practica el maltrato político y la vejación en gran escala, casi por norma.
Uno de los que se ofrece a proclamar en sede judicial mañana mismo su testimonio dice –metáfora zoológica- que en vez de reaccionar como un lobo lo has hecho como una caniche. Te has puesto en evidencia. Has hecho, en efecto, el ridículo. Que todo un secretario de organización de Ciudadanos pierda los papeles con un humilde digital me llena de satisfacción, al tiempo que de estupor.
Mira, Hervías, tienes que irte. Dimitir, que no es un nombre ruso. Es el único favor que puedes hacer a la regeneración porque, como dice Carlos Delgado, el daño que tú has hecho a esa causa es incalculable. Tenías que haber dimitido desde el mismo momento que iniciaste la relación con Virginia Millán Salmerón, porque ya no podías ser neutral. Las primarias de Sevilla fueron una farsa, un tinglado, una partida con las cartas marcadísimas. Pero es que llevas haciendo trampas todo el tiempo por todo el territorio nacional. Y ahora encima te ofreces con el sombrío rostro de quien amenaza a la libertad de expresión. Vas de mal en peor.
A medida que vamos profundizando en esa nauseabunda realidad en que se ha convertido Ciudadanos, en esa oficina de colocación de trepas, la tremenda conclusión que se desprende de los hechos es que has expulsado, con la más completa indefensión, a los mejores y te has quedado y has primado a los peores.
Decía Trotsky de Stalin que “era de esos que para combatir los argumentos del adversario le rompe el cráneo”. En Bormujos, Cyra de la Cruz no ha llegado a tanto, pero es de las que cuando no le gusta lo que dice el militante se lanza a su garganta. Ciudadanos de Bormujos, que parece la corte de los milagros con Tirano Banderas al frente, es el paradigma de lo que tú concibes como regeneración y que el diccionario define como degeneración.
Debéis dimitir tú y Virginia. Pero ya. ¿Eres capaz de decir que el voto telemático en Sevilla no estuvo perdido por el éter durante horas? Porque hay muchos que dicen lo contrario. Y lo del voto telemático ya nadie se lo toma en serio y muchos consideran que tiene tanta credibilidad como jugar a los dados, siento tú el que tiras el cubilete. ¿No se promocionó ‘oficialmente’ la candidatura de tu pareja? ¿no se le concedieron todo tipo de ventajas? Y Virginia Millán Salmerón ha mentido en su curriculum. Eso es obvio. En su declaración al Congreso, figura que nunca ha ganado nada, que no ha tenido ingresos, que no ha ejercido de abogado, porque los abogados cobran. Y, por tanto, el primer trabajo que ha tenido es el de diputada. Estamos todos deseos de ver, tras el papelón del debate de Canal Sur, como emula a Emilio Castelar o a Manuel Azaña o a Ortega y Gasset desde la tribuna parlamentaria. Y como ha mentido clamorosamente, tú tendrías que haberle exigido responsabilidades.
Mira, Fran Hervías, tú no haces primarias ni secundarias ni terciarias; tú haces una farsa patética; y al que se haya creído que hay que regenerar algo le llamas “tóxico” y santas pascuas.
Como ha escrito en su twitter, la gran Inma, de Plataforma de Garantías Ciudadanas; “no hay nada más poderoso que una dimisión a la que le ha llegado su tiempo”. Y la dimisión a la que le ha llegado su tiempo es la tuya.
¡Váyase, señor Hervías!
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