Enrique de Diego
En más del 45% de los asesinatos denominados de “violencia machista” que han tenido lugar en lo que va de año el agresor es extranjero. La probabilidad de que un extranjero mate a su pareja es entre 5 y 6 veces superior a la de un español autóctono, puesto que la población extranjera se estima en el 12%. Es probable que tanto o más que una Ley de Violencia de Género –fracasada- necesitáramos una nueva ley de inmigración.
Los datos avalan la tesis de Rambla Libre de que antes de 1975 el asesinato de mujeres en España era mucho menor –baja tasa de homicidios, baja población reclusa- que desde la aparición del feminismo lésbico agresivo, y que éste no ha contribuido, en ningún caso, a la disminución de la violencia doméstica, sino a generar un caldo de cultivo de guerra entre sexos. Pero, sobre todo, indican que el incremento de mujeres asesinadas va en paralelo al incremento de la inmigración.
Hemos seguido la información contabilizada sobre asesinatos de mujeres por el digital Tribuna Feminista que presume de hacerlo con rigor y de forma más minuciosa que el Ministerio del Interior.
De los 81 crímenes que contabiliza, 3 son sucesos de difícil calificación: una mujer de raza negra encontrada en el río Besnerga de León, otra mujer encontrada en el mar en Valencia y una tercera que se precipitó desde su casa en Ferrol. Estamos, pues, ante 78 crímenes de lo que llaman violencia de género. En la relación ofrecida por Tribuna Feminista, en 17 no se identifica la nacionalidad del agresor.
Por tanto, quedan 61, de los que 29 han sido cometidos por extranjeros, habitualmente contra su pareja extranjera, con alguna salvedad como una española asesinada por un senegalés y una holandesa asesinada, a su vez, por otro senegalés. En suma, casi la mitad de los crímenes corresponden a población inmigrante (dos casos a turistas).
Se trata, además, de una tendencia constante: buena parte de la violencia doméstica es ejercitada por inmigrantes. Así, según los datos de la Secretaría de Igualdad, en los once primeros meses de 2010, el homicida tenía nacionalidad extranjera en el 40% de los casos registrados. En ambas referencias temporales (2016 y 2010), no estamos en condiciones de indicar si algunos de los criminales son nacionalizados, dada la facilidad y cantidad con la que se concede la nacionalidad española. Sí que hay indicios en varios casos. Lo que seguramente elevaría el porcentaje por encima del 50%.
Especialmente violentos parecen ser los rumanos. Sin embargo, no se detecta ni un solo asesinato de mujer en la comunidad gitana española, lo que indica el alto nivel de respeto y moralidad alcanzados por ese grupo étnico, a lo que sin duda habrá ayudado la fuerte implantación, en las últimas décadas, del evangelismo.
Reseñamos a continuación los 29 crímenes cometidos por extranjeros, de la información extraída de Tribuna feminista:
1.- Calpe: un belga mata a su esposa (no se indican nombres, sólo la edad del agresor, 75 años)
2.- Granada: Nacionalidad de la víctima: boliviana, 41 años. Nacionalidad del agresor: ecuatoriano. Pareja.
3.- Masquefa (Barcelona). Nacionalidad de la víctima: española, 37 años; nacionalidad del agresor: colombiana, 25 años.
4.- Oliveras (Sevilla): Estefanía, nacionalidad de la víctima: dominicana, 26 años; nacionalidad del agresor: dominicana.
5.- Pioz (Guadalajara). Tribuna Feminista, contabiliza a Janina Américo, asesinada junto con su marido y sus dos hijos, por su sobrino. Nacionalidad: brasileña.
6.- Ibiza: Ada Graciela Benítez Colmar, 34 años; nacionalidad de la víctima y del agresor: paraguaya.
7.- Esplugues de Llobregat: Flori, 32; nacionalidad del agresor: colombiana, 49.
8.- Madrid (Tetuán): Nacionalidad de la víctima y del agresor: nicaragüense (posible ajuste de cuentas).
9.- Arona (Tenerife): Nacionalidad de la víctima y del agresor: croata.
10.- Salou: Posible prostituta asesinada por su proxeneta, ambos brasileños.
11.- Torrevieja: Johana Bertina Palma González, 32 años; nacionalidad del agresor: chileno.
12.- Madrid: Nacionalidad de la víctima y del agresor, venezolana.
13.- Melilla: nacionalidad de la víctima: española; nacionalidad del agresor: marroquí.
14.- Maspalomas: nacionalidad de la víctima: ucraniana; nacionalidad del agresor: alemán.
15.- Níjar: Asesino de su hijo de año y medio, nacionalidad agresor: marroquí.
16.- Sevilla: Nacionalidad de la víctima y del agresor: rumana.
17.- Baleares: Nacionalidad de la víctima y del agresor: rumana.
18.- Madrid: Katherine Angulo Pérez; nacionalidad de la víctima y del agresor: ecuatoriana.
19.- Canyelles: Nacionalidad de la víctima y del agresor, colombiana.
20.- Valls: Nacionalidad de la víctima y del agresor (supuesto prostituidor): rumana.
21.- Salamanca: Yolanda JJ. Nacionalidad de la víctima: española. Nacionalidad del agresor: hondureña.
22.- Lugo: Tatiana Vázquez Abuín, nacionalidad: española; nacionalidad del agresor: senegalesa.
23.- Coslada: Elena, 40 años; nacionalidad de la víctima y del agresor: rumana.
24.- Son Servera: Victoria Sard Massanet, 19 años; nacionalidad: española; nacionalidad del agresor: colombiana.
25.- Fuengirola: nacionalidad de la víctima y del agresor: danesa.
26.- Estepona: nacionalidad de la víctima: holandesa; nacionalidad de agresor: senegalesa.
27.- Calviá: Lisa Jane, británica; nacionalidad del agresor: británica.
28.- Extremadura: nacionalidad de la víctima y del agresor: rumana.
29.- Hortaleza: nacionalidad de la víctima: rumana; nacionalidad del agresor: albanokosovar.
Hay algunas conclusiones no por obvias menos interesantes:
- Los españoles autóctonos son mucho más amables y mucho menos violentos con las mujeres que la población extranjera: entre 5 y 6 veces menos.
- Un componente religioso fuerte reduce hasta casi hacer desaparecer la violencia en el hogar: es significativo que no haya ninguna mujer gitana autóctona asesinada, lo que identifico con la conversión en masa al evangelismo.
- Quizás no tienen mucho sentido los numerosos institutos de la mujer y entidades similares que han florecido como hongos, colocando a feministas a cargo del contribuyente, y criminalizando a los españoles autóctonos, mientras sería mucho más eficaz una ley de inmigración más severa.
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