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Universidad Jaime I de Castellón: feudo de separatistas

Redacción




Universidad Jaime I de Castellón, panorámica. /Foto: noticias964.es.
Universidad Jaime I de Castellón, panorámica. /Foto: noticias964.es.

Josep Sansano

Como en tantas otras zonas de España, la Universidad Jaime I (UJI) de Castellón es uno de los principales focos del ultraizquierdismo y del separatismo antiespañol.

Existe en la UJI un sindicato conocido como Front d’Estudiants (Frente de Estudiantes), que tiene por emblema una estrella de cinco puntas comunista. Este sindicato recibe anualmente dinero de la universidad pública (proveniente de todos los estudiantes de dicha universidad) y a ningún estudiante le cabe la menor duda que parte del dinero empleado para mejorar el sistema educativo (como debería hacer cualquier sindicato) va destinado para su uso y disfrute personal.

Un claro ejemplo de esto ocurre todos los años con la famosa Fiesta de las Paellas que, se supone, debería ser gratuita, ya que tiene subvención de la Universidad, que cubre de sobra los gastos producidos por la fiesta . Aún así, los organizadores cobran 2€ por persona, que dirán ustedes: ¿qué más da 2€? Para empezar, a esta fiesta asisten aproximadamente unas 15.000 personas, que si multiplican hacen un total de alrededor de 30.000€. Pues con ese dinero, y parte del que la Universidad destina a estas personas, la directiva de este sindicato contrata a amigos suyos para que toquen su música en esta fiesta pagando cantidades de dinero desorbitadas que superaban los 50€ la hora (si la fiesta empezaba a las 11:00 y acababa a las 18:00, son 250€ como mínimo destinados a ellos mismos).

La misma directiva se pagó este pasado curso un viaje a Alicante. Trajeron para dar una conferencia a un representante (el famoso Cao de Benós) del país comunista por excelencia, Corea del Norte. Organizaron una conferencia de un etarra en la misma Universidad, conferencia inicialmente permitida por el Rector, que sólo ante las protestas de la mayoría de los alumnos y la aparición en prensa local del escándalo, y de mala gana, prohibió la conferencia. Pero de nada sirvió. Los organizadores expulsaron bajo amenazas a una profesora y a sus alumnos en plena clase para que un defensor de la banda terrorista de ETA (si, no hay ningún error, ETA: Euskadi Ta Askatasuna) diera su repugnante charla. Además, promueven huelgas violentas con panfletos comunistas, banderas esteladas, soviéticas…en una de sus últimas huelgas estudiantiles atacaron violentamente a la misma Diputación de Castellón.

Como si esto fuese poco, la directiva de la Universidad, en vez de ‘’cortarles el grifo’’, les proporciona un local dentro de la Universidad, de unos 200 metros cuadrados con 2 pisos que usan únicamente como reunión de comunistas e independentistas. Les paga carteles y pancartas de huelgas, destina un porcentaje de las tasas de las matrículas de los estudiantes para estas personas, cuando deberían prohibir una ideología que ha acabado y sigue acabando con la vida de millones de personas.

¿Pero cómo van a prohibir eso si los altos cargos de la Universidad son igual o peores que ellos? El rector, vicerrector y demás mandatarios han pensado que es buena idea todo lo anterior, porque por ahora no ha habido ningún tipo de represalia contra esta gente. Encima ayudan como pueden a este tipo de movimientos con actos como los siguientes: bajada de matrícula para gente extranjera, permite la pegada masiva de carteles procomunistas, proindependentistas y retira de forma rápida y eficaz pegatinas de partidos nacionales como Democracia Nacional. Además, ceden el principal salón de actos para que partidos batasunos como las CUP realicen sus asambleas, como ocurrió en el verano del año 2015.

 Esperemos que el cambio hacia una Universidad pública de calidad no esté tan lejos como parece, y la gente tan incompetente que hay en el mando de esta universidad acabe pronto su carrera laboral.