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Austria: Van der Bellen gana con el 53,6% y un censo actualizado

Redacción




Alexander van der Vellen. /Foto: despiertainfo.com.
Alexander van der Vellen. /Foto: despiertainfo.com.

Virginia Montes

Con un censo actualizado, que claramente ha favorecido al candidato verde en el que se han concentrado los votos de socialistas y democristianos, Vane der Bellen gana las elecciones presidenciales en Austria con el 56% de los votos, según el sondeo de la televisión pública.

«Estoy terriblemente triste porque no lo hemos conseguido». Con estas palabras ha reconocido su derrota el candidato a la presidencia del patriotismo austriaco, Norbert Hofer, después de conocerse las primeras estimaciones de resultados con una victoria del 53,6% para su rival, el verde Alexander van der Bellen, que cerró su campaña prometiendo una Presidencia «de centro» y llamando a votar «por la sensatez y contra los extremismos».

La encuesta se basa en el 58% de los votos escrutados y tiene un margen de error de un 1,2%, por lo que la derrota de Hofer es, efectivamente, bastante probable. Las encuestas adelantaban un empate técnico y los últimos votos por correo serán escrutados durante esta noche, de forma que el resultado definitivo y oficial será hecho público mañana por la mañana. «Os doy a todos las gracias, vuestro apoyo ha sido fantástico», ha concedido Hofer a sus seguidores a través de Facebook, felicitando a Van der Bellen en un exquisito ejercicio de corrección democrática y poniendo freno así a la espiral de descontento que comenzaba a manifestarse en las redes sociales.

Desde el Partido Socialdemócrata (SPÖ), Andreas Schieder ha recibido la noticia con júbilo, asegurando que «van der Bellen tiene la fuerza suficiente para volver a unir este país» y convencido de que «en los próximos meses veremos como ese país no está tan dividido como nos ha parecido ver durante esta campaña electoral».

La portavoz federal del partido verde, Eva Glawischnig, ha calificado esta elección como «un día histórico» y ha dedicado un agradecimiento especial al líder de los populares (ÖVP) Reinhold Mitterlehner y a los muchos alcaldes que se han volcado en la campaña de van der Bellen. «Aun así», ha reconocido, «el hecho de que un 46% de los austriacos vote a la extrema derecha es un dato nada desdeñable y que ha de hacernos reflexionar sobre el desapego de gran parte de la población por el modelo europeo y multicultural».

El nuevo presidente se instalará en el Hofburg antes de Navidad para devolver el país a la normalidad democrática cuanto antes. El economista de 73 años se ha sobrepuesto en esta repetición de la segunda ronda electoral a las inesperadas victorias populistas del «brexit» en el Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos con una campaña en la que se ha presentado, no tanto como candidato progresista y experimentado, sino también como un patriota, con fuertes raíces en su Tirol natal.

Hijo de una estonia y de un ruso que escaparon de la revolución bolchevique en Rusia en 1917 para radicarse en el Tirol austríaco, Van der Bellen nació en enero de 1944 y vivió allí hasta los 33 años, antes de trasladarse a Viena, donde hizo carrera, primero en el mundo académico y más tarde en la política. Antiguo decano de la Facultad de Ciencia Económicas de Viena, el ahora candidato presidencial siempre ha sido muy valorado entre el electorado por su honestidad. Su forma poco convencional de argumentar y debatir en público podría estar relacionada con el hecho de que decidió entrar en política a los 50 años de edad, después de una brillante carrera académica en la que ya no le quedaba gran cosa por demostrar.

Ampliación del censo

Los primeros análisis destacan el factor determinante que puede haber supuesto la ampliación del censo electoral en esta segunda votación. En comparación con la que fue invalidada, el censo ha sido actualizado con 14.000 nuevos residentes en el extranjero, 3.000 nuevos nacionalizados y 45.000 austriacos que han cumplido desde mayo 16 años, la edad mínima para poder votar.

Alexander van der Bellen es padre de dos hijos y lleva un año casado en segundas nupcias. Su fama de personaje que no encaja del todo dentro de los estereotipos de un político ecologista clásico le han valido para que Norbert Hofer no se lleve todo el voto indignado y antisistema, y esto puede también haber ayudado a mantener a flote su candidatura. Nunca se le ha visto andar en bicicleta, en alguna ocasión ha declarado su pasión por los coches potentes y hasta hoy sigue siendo un fumador empedernido, lo que ayuda a mantener su imagen de personaje al margen de la corrección política.

Europeísta convencido y antiguo militante socialista, Van der Bellen habla de Heinz Fischer, presidente austríaco hasta julio de este año, como el modelo que quiere seguir. Se refiere a un jefe de Estado que representa dignamente al país en el extranjero y que internamente mide de forma discreta pero firme entre las fuerzas políticas del país. No descarta una interpretación más activa de algunas competencias del jefe del Estado y ha prometido, por ejemplo, que no ratificaría con su firma el TTIP, el tratado transatlántico de libre comercio que negocian Estados Unidos y la UE, incluso si fuese aprobado en el Parlamento austríaco. La Constitución le otorga la potestad de decidir a quién encarga la formación del gobierno, sin obligación de optar por el líder del partido más votado. En ese sentido, Van der Bellen ha asegurado que haría todo lo posible para no encargarle nunca al identitario FPÖ la formación de un nuevo ejecutivo, ni siquiera en caso de una victoria en las urnas.