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El mejor hombre: A vueltas con las elecciones norteamericanas

Redacción




Donald Trump. /Foto: businessindider.com.
Donald Trump. /Foto: businessindider.com.

Fernando Alonso Barahona. Escritor y crítico de cine.

La elección de Donald Trump ha irrumpido con una fuerza arrolladora en los escenarios de la corrección política y en el propio mundo del espectáculo que en sus sectores más visibles y no necesariamente los mejores , decidió volcarse con la candidata derrotada . Merece la pena dibujar una mirada sobre las campañas electorales en el cine de Hollywood .

La película de Franklin J. Schaffner The best man (1964 ) se inscribe de forma muy clara en las tendencias sociales, políticas y culturales de la primera mitad de los años sesenta en Estados Unidos. La esperanza que supuso la elección de John F. Kennedy, la convulsión de su asesinato, convergen con una serie de circunstancias que convertían aquella situación en un avispero realmente complejo. En la política interna el debate sobre los derechos civiles y el fin de la segregación racial, unido a una política económica progresivamente intervencionista que Lyndon Johnson había convertido en eje de su mandato. En el campo internacional, la guerra fría con la URSS había alcanzado con la crisis de los misiles en Cuba un punto álgido. Pero ahora el conflicto se agravaba con la guerra de Vietnam a la que Estados Unidos se veía abocada ante el creciente apoyo comunista al Vietcong y los numerosos errores políticos y de estrategia cometidos tanto por Kennedy como por Johnson.

La noche electoral del 8 de noviembre de 1960 ha pasado a la historia como la más tensa y dramática de la historia (aunque luego fue igualada por Bush/Gore en 2000). Pero en aquel año la novedad era la televisión y los resultados casi instantáneos, algo desconocido hasta ese instante .

Los dos candidatos eran jóvenes, Kennedy (1917-1963) había sido congresista y senador. Nixon (1913-1994) ambas cosas y vicepresidente durante los ocho años de la Presidencia Eisenhower. Kennedy había ganado las primarias a Adlai Stevenson –eterno aspirante demócrata en la década de los cincuent – y Nixon careció de rivales con la retirada de Rockefeller de la carrera electoral .

Finalmente no sería hasta la tarde del día siguiente cuando el Vicepresidente Nixon concedería la derrota –pese a la certeza de fraude en varios colegios de Chicago-  a través de su jefe de prensa Herb Klein. La victoria final de Kennedy fue con una ventaja del 0,2% sobre Nixon en el voto popular.

Los resultados exactos fueron:

John Kennedy: 34.227.496 votos,  303 votos electorales

Richard Nixon: 34.107.646,  219 votos electorales

Sin embargo, Nixon ganó en 26 Estados y Kennedy sólo en 23 .

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En 2000 los resultados BushGore fueron los siguientes:

George W. Bush: 50.456.002, 271 votos electorales

Al Gore: 50.000.897, 266 votos electorales

Tras el trágico asesinato de John Kennedy que conmocionó al mundo, su vicepresidente Lyndon Johnson (1908-1973)  ocupó la Presidencia y fue el candidato para 1964. Su rival republicano sería el senador Barry Goldwater que hubo de superar unas primarias agónicas contra Nelson Rockefeller. Goldwater planteó una auténtica revolución conservadora que aunque sería derrotada en las urnas constituyó el punto de inicio de una nueva etapa en el conservatismo norteamericano

El cine político tiene como objetivo  reflexionar sobre una determinada realidad social , económica o cultural.  Si consideramos como Julián Marías al cine como un «escorzo de vida humana «, es evidente que ha de describir a los personajes -seres humanos- y a sus circunstancias: políticas, culturales , vitales en suma. De ahí que en un sentido amplio pueda analizarse el cine desde ese trasfondo que más que político es social y cultural. Sin embargo, se suele definir a cine como político cuando adopta de forma explícita un tema de ese carácter o centra su argumento en el proceloso terreno de la política.

Schaffner, autor de dos obras maestras como El señor de la guerra y El planeta de los simios –ambas protagonizadas y rodadas gracias al apoyo de Charlton Heston, logró en “El mejor hombre “ (The best man) el tercero de los grandes logros de su carrera.

El enfrentamiento entre los dos candidatos constituye –desde luego– el principal  núcleo dramático de la historia de The best man: William Russell (Henry Fonda) prototipo del político reflexivo y discreto, un intelectual en la política y Joe Cantwell  (Cliff Robertson), típico joven de buena presencia y origen humilde, pero que tras su renovación aparente esconde tan solo afán de poder .

Russell representa la racionalidad, la honradez y el buen sentido, en tanto que Cantwell es la mentira, la demagogia y la frialdad absoluta para obtener el poder.  Por fortuna, The best man matiza tambien las alternativas. Russell  es un hombre al que el propio Presidente (Lee Tracy en el personaje de un hombre enfermo que busca un sucesor sólido al que apoyar) no aprecia pese a compartir muchas de sus ideas. Será la falta de tacto de Cantwell  la que eche el traste con la idea del Presidente y le haga perder su apoyo . Por si fuera poco, Russell tiene un historial médico complicado con depresiones y altibajos de carácter .

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El ejemplo de The best man es relevante, muchos de los problemas descritos en la película –a veces con un punto de demagogia– continúan presentes y en el siglo XXI el alejamiento entre el político profesional y las gentes se ha agudizado (el fenómeno Tea Party en Estados Unidos es una muestra de este divorcio y del esfuerzo ciudadano para intervenir en la política al margen de los cauces habituales).

Igualmente, los retratos de los políticos como hombres ambiciosos, carentes de escrúpulos y capaces de manipular la realidad para conseguir sus antojos es hoy incluso más actual que en la fecha del estreno de la película. De forma extraordinaria –e imprevista para sus autores más de cincuenta años después– la obra sirve para explicar la decadencia del sistema, el hartazgo de la gente, la tiranía del establishment que ha venido a romper Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016. Todo estaba previsto para un escenario como el de The best man en el que desde luego nada garantiza que se elija al mejor. De no presentar Trump su candidatura en contra de casi todos los medios de comunicación y de todas las elites del establishment los debates electorales y la pugna hubiera acontecido entre Hillary –puro sistema– y seguramente Jeb Bush, puro sistema. Políticos profesionales, juego sucio para lograr el poder …y una vez conseguido los mínimos cambios posibles.

La llegada de Trump y su movimiento venciendo todas las dificultades (Nunca tires la toalla es el título de uno de sus libros y desde luego emblema de su carácter) ha cambiado el escenario, ha hecho saltar por los aires los discursos de la corrección política .

Como ha escrito Paul Johnson : (Estados Unidos. La historia): “ Los norteamericanos son sobre todo un pueblo que resuelve problemas. No creen que existan nada en este mundo que supere la capacidad humana de remontarse y dominar. No se dan por vencidos»).  Y ello aunque a veces no lleguen a ocupar los puestos de relevancia y responsabilidad los auténticamente mejores .

¿Lo logrará Donald Trump? Empuje e ilusión no le faltan, aunque el establishment continúa su política de acoso contra su gestión de gobierno….incluso aunque no tome posesión hasta el 20 de enero de 2017. Todo ello prueba que por una vez alguien fuera de su control se ha hecho con las riendas de la Presidencia .