Luis Bru
En los 4.484 beneficiarios de las ayudas al alquiler concedidas por la Comunidad de Madrid en 2016, según el listado oficial de baremación, el nombre más repetido es Mohammed, seguido de Abdullah.
De los 4.484 receptores de ayudas que oscilan, por lo general, entre los 1.200 y los 2.400 euros, sólo el 24% son españoles. El 76% son extranjeros no comunitarios, prácticamente todos los de ese porcentaje son musulmanes, marroquíes y argelinos, obviamente. Más que las ayudas de la Comunidad de Madrid, parecen las de un país musulmán (en donde este tipo de ayudas no existen).
Las ayudas al alquiler están abiertas a los extranjeros no comunitarios que han de presentar el permiso de residencia, bastando el temporal.
Los musulmanes son, además, los que reciben las ayudas más altas, porque su baremación es más favorable, seguramente por la natalidad. Los marroquíes son los extranjeros más prolíficos, como se señaló en un anterior informe. No contribuyen, ni lo hicieron sus generaciones, pero son ellos los que llevan casi todas las ayudas.
¿Cuál es el objetivo de estas ayudas: apoyar la política de alquiler, evitar la vulnerabilidad o financiar la islamización? De manera objetiva, la última opción es que la salta por su evidencia: los contribuyentes madrileños están pagando el alquiler a miles de familias marroquíes.
Ya hemos contado en Rambla Libre, como en el País Vasco reciben pagas de 866 euros mensuales, más ayudas al alquiler de 250 euros mensuales. Como en una región de Pakistán, se venden pasajes a España por 6.000 euros para adolescentes, que vivirán de las ayudas sociales. O como los marroquíes de Cataluña están viviendo de los Presupuestos, hasta el punto de que cuando se cambió el sistema de pago, de la transferencia bancaria al cheque nominativo en el domicilio, nueve mil de los receptores de ayudas estaban viviendo en Marruecos.
De manera general, los marroquíes son un grupo parasitario depredador de los presupuestos públicos, en una nación que ya no puede asegurar las pensiones. También reciben ayuda alimenticia de Cáritas –que es básicamente una institución al servicio de los musulmanes-, del Banco de los Alimentos y de un sinfín de ONG (176 en Madrid). Sus hijos reciben educación gratuita y toda la familia, sanidad gratis. Además de existir un tráfico de medicamentos hacia Marruecos.
Hay una general financiación de la islamización de España, como si hubiera un plan preconcebido o una simple inercia, pero eso es el hecho objetivo: el PP y Cristina Cifuentes están islamizando Madrid. Sus ayudas al alquiler no son para españoles, sino mayoritariamente para marroquíes.
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