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Los alemanes pueden salvar la civilización echando a la destructora de Europa: Ángela Merkel

Redacción




Ángela Merkel está islamizando Alemania. /Foto: el confidencial.com.
Ángela Merkel está islamizando Alemania. /Foto: el confidencial.com.

Enrique de Diego

La radiación de mil soles. Soy la muerte, la destructora de los mundos”. La frase del Bhagavadgita fue citada por Oppenheimer en relación con la bomba atómica y es aplicable, por analogía, a Ángela Merkel, la destructora de Europa. Los alemanes pueden salvar la civilización echando a esa completa inútil en las elecciones.

Su decisión de presentarse a un cuarto mandato ha sido recibida con alivio, y mal disimulado alborozo, por todos los corruptos poderes fácticos de Europa. Después del Brexit, sin duda respuesta a la suicida apertura de las fronteras a la riada invasora islamista, y de la victoria de Donald Trump, la casta europea anhela una dosis de estabilidad. Y, sin embargo, Ángela Merkel representa la más completa inestabilidad y la destrucción de la identidad de Alemania y de las naciones europeas.

Es alentador y sorprendente la gran cantidad de usuarios de Rambla Libre desde Alemania y a ellos me dirijo especialmente para que se movilicen a favor de Alternativa por Alemania.

Según las encuestas, Ángela Merkel y la CDU obtendrían el 33% de los votos, muy lejos del 41,5% que obtuvo en las anteriores elecciones. Las encuestas últimamente fallan, sospechosamente, mucho. Lo hicieron estrepitosamente en el Brexit, en el que no hubo ni una sola que detectara la profunda y amplia corriente de malestar del pueblo británico. Y también lo han hecho con Donald Trump, con Hillary Clinton situada habitualmente muy por delante. Fallos tan clamorosos inducen a pensar que las encuestas hace tiempo que no se hacen para diagnosticar o describir la realidad sino para inducirla defendiendo a las élites depredadoras.

Lo cierto es que la CDU ha tenido ya dos estrepitosos castigos en las elecciones de Mecklemburgo Pomerania donde Alternativa por Alemania obtuvo el 21% de los votos frente al 19,3% de la CDU, lo que le llevó a declarar a Frauke Petry que “quizás esto sea el principio del fin de Ángela Merkel”. Y en Berlín, donde la CDU obtuvo el 17,6% de los votos frente al 14,2 de Alternativa por Alemania; una distancia ciertamente corta y en la capital de la corrección política.

Sin relevo en sus filas, los socialcristianos de la CSU, que llevan un año haciendo críticas retóricas, apoyarán a Merkel, porque en ellos pesa mucho más el apego al poder y a sus puestos que cualquier criterio patriótico, que reside exclusivamente en AfD.

No hay que olvidar que la invasión islámica de Alemania y de Europa, en curso, con cargo al contribuyente, no es ni tan siquiera un proceso espontáneo, sino la consecuencia de un tremendo efecto llamada, propiciado por la Oficina del Emigrante y el Refugiado –que declaró unilateralmente revocado el Tratado de Dublín-, difundido por el lobby de las ONG, que viven de la miseria humana y de crear problemas planetarios, y extendido como reguero de pólvora por la Open Society Foundation de George Soros.

A Alemania no han llegado refugiados sirios, sino excedentes de población de todas las fracasadas sociedades islámicas. Después han venido el intento de lapidar a dos transexuales en Dortmund, el terror de la Nochevieja de Colonia, los atentados islamistas (presentados como obra de enfermos mentales). Y un gasto inmenso, pues cada inmigrante de los mal llamados refugiados le cuesta al contribuyente alemán 2.000 euros al mes. No son refugiados, entre otras cosas, porque no tienen ni la más mínima intención de volver.

Lo lógico es pensar que Ángela Merkel va a tener un castigo electoral notable. El “¡vamos a lograrlo!” suena como una de las mayores estupideces lanzadas en la historia reciente. La idea de que el castigo se concentra en las elecciones regionales, y que es a la CDU, pero que Ángela Merkel será respetada, no parece muy lógica. El sistema destructor de las sociedades europeas necesita que Ángela Merkel no caiga, cuando ya François Hollande es pasado y el italiano Matteo Renzi es un payaso sin crédito. Pero Ángela Merkel, “la destructora de los mundos”, caerá. Las sociedades no se suicidan con tanta facilidad. Está en juego la supervivencia de Alemania y eso sólo lo representa Alternativa por Alemania.