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A Zaplana no se le podía sacar el perfil izquierdo y a Ximo Puig del derecho

Redacción




Ximo Puig, ¿cuál es su perfil bueno? /Foto: RTVE.es.
Ximo Puig, ¿cuál es su perfil bueno? /Foto: RTVE.es.

Josep Sansano

Cuando se cerró el agujero negro de Canal 9, el Presupuesto anual era de 154 millones de euros; la deuda acumulada, de 1.219 millones y la audiencia algo menor al 5%.

Alberto Fabra la cerró por la sencilla razón de que no podía mantenerla, sino hubiera seguido con ella, porque los políticos siempre tropiezan en la misma televisión. Ahora Ximo Puig se dispone a hundirse –y a hundir al contribuyente- con la monomanía catódica de la propaganda y la vanidad.

Canal 9 emitió por primera vez el 9 de octubre de 1989, fiesta de la autonomía, conmemorativa de la entrada de Jaime I en Valencia. Desde el primer momento fue deficitaria y gravosa y se accedía con el carnet en la boca. Primero con el del PSOE. En 1995 ya precisaba un Presupuesto anual de 69 millones.

El liberal egipcio faraónico que es Eduardo Zaplana había dicho en campaña que “la primera medida que adoptaré será privatizar Canal 9” y añadía que lo haría de inmediato “no sea que me guste”. Se gustó y mucho. Puso al frente de Canal 9 directamente a su jefa de prensa, Genoveva Reig (imputada por el caso Brugal), y una de las directrices que se llevaban a rajatabla es que nunca se grabara a Zaplana por el perfil izquierdo.

Como todos los trabajadores de Canal 9 eran del PSOE, lo que hizo el PP fue meter a los suyos y duplicar la plantilla. En 2.008 el Presupuesto ya era de 268 millones. Cuando llegó Francisco Camps, sobre la plantilla socialista la del PP era zaplanista, así que la aumentó algo más y de esa forma se llegó a la astronómica cifra de 1.700 trabajadores, más que la plantilla de Antena 3 y Telecinco, sumadas, y con notoriamente mucha menos audiencia y publicidad. En la época Camps, una de las directrices era no sacar, por ningún perfil, ni citar a Eduardo Zaplana. Camps también puso a su jefe de prensa, Pedro García, también imputado, por los contratos de la visita del Papa a Valencia.

Ahora, con la crisis más avanzada, con un panorama en los medios más desolador, con descensos en la inversión publicitaria, Ximo Puig también quiere que le saquen guapo, con cargo al contribuyente.

Ya hay un Consejo Rector viviendo del cuento. En la última reunión, acordaron que la nueva Corporación Valenciana de Medios de Comunicación pase a formar parte de la FORTA y ha otorgado importantes poderes a su presidente, Enrique Soriano, plenos poderes para firmar acuerdos y convenios con presupuestos inferiores a cinco millones de euros.

En el caso de los proyectos que superen la cifra de cinco millones de euros, Soriano necesitará también el respaldo del Consejo Rector de la CVMC y la aprobación del Consell valenciano.

Desde el Consejo Rector han hecho público un comunicado en el que se muestran muy preocupados, pero esperanzados en la evolución de la nueva RTVV: «El Consejo Rector es consciente de la delicada situación del sector audiovisual valenciano y está intentando agilizar las contrataciones basadas en la selección realizada por el Alto Consejo Consultivo de Radiodifusión, a partir de las consultas preliminares de mercado». El objetivo principal es que no se pierda la partida de 24 millones de euros que está contemplada en los presupuestos de 2016.

Para 2017 están previstos 200 empleados y 55 millones de euros. Canal 9 será la tumba de Ximo Puig y de Mónica Oltra y del contribuyente valenciano. ¿De qué perfil tendrán que sacarles? Del derecho, claro.