Enrique de Diego
Rambla Libre ha tenido acceso en exclusiva a las alegaciones de la defensa de Miguel Bernard contra la decisión del juez Santiago Pedraz, en auto de 4 de noviembre, de mantener la prisión preventiva. En un alegato razonado no sólo se establece la patente conculcación de la presunción de inocencia sino que también se muestra la inconsistencia del sumario.
El auto de Pedraz mantiene la prisión preventiva sobre la base de que “no se ha modificado circunstancia alguna”. Sin embargo, la defensa de Bernad recuerda, ante una medida tan excepcional en Derecho, que “se establece un límite máximo de seis meses” en relación con la destrucción de pruebas; que no hay razón para temer una fuga, por el arraigo del preso, los lazos familiares, la falta de medios económicos, las circunstancias personales del imputado, con 74 años, a punto de ser operado de un ojo.
De hecho, según la legislación tendría que haberse celebrado ya juicio, lo que se ha sorteado declarando el procedimiento “causa compleja”. Como dice el escrito de la defensa, “la excepcionalidad de la prisión provisional es absoluta y no resulta justificada desde luego su adopción cuando ha transcurrido un largo periodo de tiempo, durante el que el procedimiento ha avanzado y en el cual el imputado ha estado a disposición permanente del Juez”.
En resumidas cuentas, el sumario no contiene pruebas, ni indicios. En propiedad, está concluido: se han hecho registros, se ha procedido a la incautación y análisis de los sistemas informáticos, se ha llamado a declarar a los testigos…De hecho, desde que declaró la abogada Virginia López Negrete, “no se ha solicitado por parte de Fiscalía o a instancias del Juez Instructor declaración alguna por lo que debemos entender que ya han declarado todos los que pudiera proponer y, por tanto, no hay testigo que pueda ser considerado influenciable”.
Ni Miguel Bernad ni Manos Limpias ha recibido dinero de nadie mediante extorsión, como ha quedado acreditado por las cuentas y las declaraciones de los testigos. Ninguna cuenta de Manos Limpias ha tenido nunca “un saldo suficiente” para sustentar la más mínima sospecha, de hecho Manos Limpias está al borde del concurso de acreedores y siempre ha tenido dificultades para pagar las fianzas judiciales y el mismo alquiler de la sede. Entre los testigos, Ignacio Moliner Robredo, Francisco Javier López Pérez, Juan Manuel Astorqui Portera y José María Castellano Ríos han declarado en sede judicial ni conocer a Miguel Bernad. Miguel Roca Yunyet y Gonzalo Barretino Coloma declararon que no tuvieron ningún contacto con Bernad. El director general de La Caixa, Jaume Giró declaró haberse reunido con Miguel Bernad, a fin de pedir la desimputación de Cristina de Borbón, sin que Bernad hiciera la más mínima solicitud de dinero. De hecho, éste tiene “una escasa solvencia económica” y rechazó ofertas de dos millones de euros para desimputar a Cristina de Borbón.
De hecho, “nadie ha presentado denuncia alguna contra el Sr. Bernad porque haya sufrido extorsión”, “no se ha demostrado ingreso alguno por ese concepto”, “no hay indicios racionales de que mi patrocinado, alega la defensa, haya cometido acto delictivo alguno”.
“El Sr. Bernad cuenta en la actualidad con 74 años de edad, con unos problemas oculares que le limitan la normalidad de vida, se encuentra muy ligado a su madre de avanzada edad, más de 100 años, con la que mantiene y ha mantenido siempre una estrecha relación, la cual actualmente se encuentra ingresada y en un delicado estado de salud con una neumonía que dada su avanzada edad supone un grave riesgo para su vida. Todo el entorno familiar del Sr. Bernad se encuentra en España, su esposa, sus tres hijas, su madre y su familia así como sus nietos que cuentan 7, 4 y 3 años de edad, con lo que tiene una relación muy cercana ya que se trata de una persona que concede gran importancia a la familia”. No ha salido nunca, en su vida, fuera de España.
“No podemos olvidar que tal y como ha venido declarando la doctrina y la jurisprudencia la prisión preventiva tiene un carácter excepcional y limitado en el tiempo, desaparecidas las razones que justifiquen la misma debe primar el derecho constitucional a la libertad, no pudiendo nunca la prisión preventiva ser una pena anticipada. En este mismo sentido se han pronunciado las directrices de la Comunidad Económica Europea”.
A los 74 años, Miguel Bernad no sólo no quiere eludir la acción de la Justicia sino que tiene el máximo interés en proclamar su inocencia.