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Jueces sin ética vinculante, pero ¡qué desfachatez la del gobierno de los jueces!

Redacción




El desacreditado poder judicial. /Foto: poderjudicial.es.
El desacreditado poder judicial. /Foto: poderjudicial.es.

José Luis Mazón. Abogado.

Este sigue siendo un pais de charanga y pandereta como Antonio Machado describiera en su poema «El mañana efimero» escrito en 1917. Cien años después seguimos gobernados por la misma estirpe. Los irracionales cuya ideología cubre todos los signos políticos  y los aprovechados, los que usan el cargo para su ensalzamiento y no para servir a la ciudadanía, estos son los infiltrados en las estructuras del poder.

Os cuento un ejemplo que es para mear y no echar gota. Los altos cargos del Consejo Judicial han diseñado un Código de Etica Judicial que no sirva para nada («para que no acertara la mano en la herida«, como dice el poema machadiano), quiero decir que no es vinculante,  salvo para que el juez lo pueda invocar en su favor y nunca en contra de su conducta. ¡Vengan códigos que obligan! ¡Pura propaganda goobelsiana del régimen partidocrático en su vertiente judicial!
Esta praxis refleja la desvergüenza, la inmoralidad, la desfachatez, el nulo respeto por los valores de la ética democrática, de los autores de semejante esperpento jurídico que espesan y parasitan  las altas magistraturas del gobierno de los jueces haciendo la justicia que gobiernan no una institución respetable por sus impecables resoluciones sino un erial de aborrecimiento por su conducta tenebrosa.
Surge la pregunta: ciudadanos ¿hasta cuándo vamos a soportar esta gentecilla a estos parásitos de la moralidad cívica en el Poder? ¿Van a seguir indefinidamente hasta la muerte social  estos gestores de mala muerte que ponen el poder al servicio de sus intereses propios o de casta?
Piensan ellos que los ciudadanos somos tontos que no tenemos capacidad de respuesta, que estamos anulados y que van a seguir campeando a sus anchas hasta el límite de sus vidas y más allá para que sus hijos puedan perpetuarse tambien en los beneficios del ejercicio del poder.
Nuestros jueces aprueban un código etico judicial que carece de efectos vinculantes ¡salvo si les favorecen a ellos, entonces sí que vinculan!. Dios, el delirio de los calígulas modernos se instala en la cúspide judicial.
Es obvio que hace falta un nuevo orden y antes un nuevo proceso democrático 14 de julio de 1789 donde el pueblo ponga orden en este caos creciente, donde la razón impere y donde esta gente asuma sus responsabilidades como manda el sentido racional.
Víctimas de la maldad y la inmoralidad institucional, tenemos que crear una fuerza  capaz de desalojar a esta estirpe del ejercicio del poder porque otro camino será el suicidio inconsciente, la desaparición.