Luis Bru
Un paso al frente es el que han dado los exlegionarios que están dando la batalla contra Manuela Carmena en su pretensión de quitar su calle al fundador de la Legión, Millán-Astray.
Se ha constituido la «Plataforma Patriótica Millán-Astray«, originalmente establecida para defender la permanencia de la madrileña calle del General Millán-Astray en el distrito de Latina que el Ayuntamiento de Madrid incluyó en el listado de las primeras 27 calles a «depurar» de acuerdo con la torticera interpretación legislativa de la revanchista Ley de Memoria Histórica y su artículo 15.
Una semana más tarde, se depositaron el acta de constitución y los estatutos de la plataforma en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior. Además de la insistencia en mantener la calle, el teniente coronel Recena y los antiguos caballeros legionarios pretenden honrar la memoria del héroe de Filipinas y Marruecos y, por otro lado, recordar su posterior fundación de La Legión, gloriosa unidad de élite del Ejército Español, en 1920. Por los méritos arriba reseñados y sus heridas de guerra, la ciudad de Madrid decidió otorgar una plaza al General Millán-Astray a mediados de la década de 1920, como se demuestra en diferentes diarios de la época que han salido a la luz a través de la búsqueda en sus hemerotecas. Sorprende, por el contrario, que el Comisionado de la Ley de Memoria Histórica literalmente «sospeche que el motivo de otorgarle la calle a Millán-Astray sea por la exaltación del franquismo y su participación en la Guerra Civil Española«. Así se hacía constar en el documento entregado por este consejo de «sospechosos expertos» en Historia, que, entre otras debilidades, han mostrado una incapacidad manifiesta a la hora de contrastar y verificar datos históricos que jamás ocurrieron en lo referente a la figura del General Millán-Astray.
Sin ir más lejos, el «Nomenclátor Toponímico» de Aparisi Laporta, auténtica biblia de la historia del callejero madrileño, refiere una primera mención al Fundador de La Legión en 1927, otro error que esta plataforma también puede demostrar, según las publicaciones de febrero de 1925, en una plaza sita en el Barrio de La Legión de Carabanchel Bajo. Y esta pifia histórica, de acuerdo con los argumentos esgrimidos en el documento en cuestión, es casi anecdótica si la comparamos con el resto de las conclusiones con las que, a través del dudoso consenso alcanzado por los 6 miembros de la Comisión, intentan convencer a la ciudadanía de la implicación y protagonismo de Millán-Astray en nuestro desgraciado conflicto bélico.
Según Emilio Domínguez, uno de los impulsores de la Plataforma Patriótica, “como antiguos caballeros legionarios que somos, fieles a los espíritus del Credo Legionario que el General Millán-Astray nos legó, nos vemos obligados a defender su memoria en base a la herencia y obras llevadas a cabo para el bienestar de nuestra Patria, España, y la de todos aquellos simpatizantes y legionarios que, independientemente de su condición social, económica, racial o política, engrosaron las filas de la admirada Legión Española”.