Luis Bru
La falta de una política migratoria conduce a asombrosas paradojas. Así, Rumanía que, durante los últimos siete años, según los datos de Eurostat, nunca ha superado una tasa paro del 7,5%, mientras la nuestra supera el 20%, nos ha estado exportando cada año una media de treinta mil rumanos.
Esa tendencia sólo se ha frenado algo en los años 2.014 y 2.015, en los que la población rumana descendió levemente.
Si en España no hay trabajo, como indican nuestros porcentajes de paro, y en Rumanía, sí, según los datos de Eurostat, la única conclusión lógica es que a cientos de miles de rumanos les resultaba más rentable vivir en España sin trabajar –de las ayudas sociales y la beneficencia- que trabajando en Rumanía.