Luis Bru
El 28 de septiembre de 2016, tuvo lugar una operación internacional contra el yihadismo, en operación conjunta de las policías de España, Alemania, Bélgica, en la que se detuvo a cinco musulmanes radicalizados: dos de los arrestados residían en Barcelona, otro en Melilla, el cuarto en Wuppertal (Alemania) y el quinto en Bruselas. Todos de ¡nacionalidad española! salvo uno, marroquí.
El ingreso en prisión de los cuatro españoles le costará al contribuyente español 94.900 euros anuales.
Según la nota oficial del Ministerio del Interior, los arrestados formaban una “célula con una estructura perfectamente organizada, que siguiendo los dictados del DAESH, actuaban en distintos canales de Internet”. Esta célula tenía una página en Facebook denominada “Islam en Español” donde se encontraban todos ellos con su gran público. Tenían 32.5000 seguidores, pero crecían a un ritmo de 500 personas a la semana. Interior ha comunicado que las publicaciones se hacían en su mayoría en castellano e intercalaban mensajes y comentarios de carácter radical donde se ensalzaban a los combatientes yihadistas y las acciones perpetradas por el Daesh.
El primer atentado del terrorismo islámico en España se produjo el 12 de abril de 1985 en el restaurante El Descanso. Fue reivindicado por Yihad Islámica. Costó 18 vidas humanas. El 11 de marzo de 2.004, terroristas musulmanes, inmigrantes marroquíes, argelinos y tunecinos, formados en la mezquita de la M-30, atentaron contra los trenes de Atocha, con un saldo de 192 muertos y más de 2.000 heridos.
A pesar de ser un colectivo de alto riesgo, la inmigración marroquí no ha hecho otra cosa que aumentar. Entre 2.003 y 2.012, se duplicó. Actualmente, según el Instituto Nacional de Estadística, los marroquíes inmigrantes en España son 774.383.
Después de la masacre de Atocha, empiezan a producirse detenciones de terroristas islámicos, los llamados yihadistas por la corrección política. El Ministerio del Interior español ha presumido en repetidas ocasiones de eficacia en la lucha contra el yihadismo. En el año 2.015 fueron detenidos 38. Las cifras oficiales hablan de 150 en los últimos años. Esa conveniente eficacia, tiene su lado oscuro para el contribuyente: la estancia en prisión de 150 yihadistas cuesta al año 3.558.750 euros. Una cifra considerable para una nación que va a tener muchas dificultades para sostener su sistema de pensiones.