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Presionando a los jueces por Carme Forcadell

Redacción




Carme Forcadell. /Foto: naciodigital.cat.
Carme Forcadell. /Foto: naciodigital.cat.

Diego Fierro Rodríguez.

La portavoz del Gobierno de Cataluña, Neus Munté, ha intentado instigar para que se comience y desarrolle una manifestación de los ciudadanos catalanes en la calle para responder contra las actuaciones judiciales desarrolladas contra algunos dirigentes catalanes que han obrado para impulsar el proceso independentista. Principalmente, las declaraciones se deben a la admisión a trámite de la querella contra la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, por permitir la votación en la cámara de la hoja de ruta independentista, desobedeciendo, de ese modo, al Tribunal Constitucional.

Ciertamente, no es la primera vez que ocurre algo similar. Ya han sido varias las ocasiones en las que importantes dirigentes del sector independentista de Cataluña han intentado incitar a la gente con la idea de lograr importantes revueltas que sirvan para condicionar la actividad de los órganos jurisdiccionales. Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña han estado sufriendo la presión política que ya vienen sufriendo desde hace un año, cuando Artur Mas declaró como investigado ante el órgano por los delitos de prevaricación y desobediencia que pudo cometer al permitir la votación popular soberanista del día 9 de noviembre de 2014.

Jesús María Barrientos, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, afirmó en el mes de septiembre que «es radicalmente injusto, además de peligroso socialmente, difundir sospechas sobre la independencia de los jueces o emitir juicios interesados predictivos de sus resoluciones«. Estas indicaciones son absolutamente lógicas y derivan de lo establecido en la legislación.

Son varios las normas que se refieren a la independencia de los jueces y magistrados y a su sometimiento al ordenamiento jurídico. El artículo 9.1 de la Constitución, que establece que “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”, está relacionado con el artículo 117.1 de la misma norma, que dice que “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”. Además hay que tener presente que el artículo 13 de la Ley Orgánica del Poder Judicial indica que “Todos están obligados a respetar la independencia de los Jueces y Magistrados”, especificándose, en el primer apartado del artículo siguiente, que “Los Jueces y Magistrados que se consideren inquietados o perturbados en su independencia lo pondrán en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial, dando cuenta de los hechos al Juez o Tribunal competente para seguir el procedimiento adecuado, sin perjuicio de practicar por sí mismos las diligencias estrictamente indispensables para asegurar la acción de la justicia y restaurar el orden jurídico”.

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Los dirigentes políticos catalanes, con la excusa de la democracia, están realizando actos ilegales y que constituyen verdaderos ejemplos de demagogia, sin que parezca que les importen los efectos negativos de la manipulación que están intentando consumar. La Sentencia del Tribunal Constitucional del 2 de diciembre de 2015 dice que “el planteamiento de concepciones que pretendan modificar el fundamento mismo del orden constitucional tiene cabida en nuestro ordenamiento, siempre que no se prepare o defienda a través de una actividad que vulnere los principios democráticos, los derechos fundamentales o el resto de los mandatos constitucionales, y el intento de su consecución efectiva se realice en el marco de los procedimientos de reforma de la Constitución”.

Los órganos jurisdiccionales cumplen una importante función de control sobre las actividades desarrolladas por las Administraciones Públicas. Por eso, si se quiere consolidar el Estado de Derecho, hay que impedir que los jueces se vean constantemente condicionados para desarrollar sus labores.