Enrique de Diego
Hace unos días, recibí una llamada de María Muñoz. Fue una gran alegría. María Muñoz, delegada de la Plataforma de las Clases Medias, es toda una referencia en esa especie de familia, de grupo idealista, que llegamos a ser.
Cuando celebramos la primera manifestación, solos, contra mundi, protestando porque se destinara el dinero del contribuyente para salvar a la banca ladrona, y nos quedamos asombrados de la respuesta, en medio de la histeria mundial, recibí al día siguiente una llamada de María Muñoz, desde Valencia. El tono me recuerda la escena de Braveheart cuando los del clan vecino llegan y dicen: “nos hemos enterado de todo y no os creáis que os vais a divertir solos”.
Los de Valencia siempre fueron fundamentales en la Plataforma. Los más entusiastas, activos y alegres. Con Jose, Damián, Estela y muchos más. Celebramos un mitin heroico en Valencia, en la Plaza del Ayuntamiento, con un viento siberiano que pocas veces se ha visto en la capital del Turia, y aún hay gente que se sorprende de que ahí reflejamos todo lo que está sucediendo ahora y lo que viene. La foto es de ese mitin, desde dentro del camión, y es lástima que no pueda aportar la de los auténticos protagonistas: los estoicos asistentes. Quiero mandar desde aquí una saludo muy cariñoso a todos los valencianos de la Plataforma de las Clases Medias.
Después de esa llamada, en un lugar insólito me encontré con Diego, que se me presentó como miembro de la Plataforma de las Clases Medias. Me dijo que muchos habían entrado en UPyD y que un señor les intentó comprar para que se retiraron del sumario de Bankia y que no se dejaron. Por toda España, me he encontrado a personas que se consideran de la Plataforma de las Clases Medias.
Pocas veces se ha visto a gente con más idealismo, con más ilusión, con más realismo también y con una fraternidad emocionante luchando por una causa, sin esperar nada a cambio.
Nunca tuvimos dinero, pero nos dotamos de medidas de prudencia exquisita: la cuenta corriente con tres firmas, siempre necesarias dos para cualquier movimiento y sin que la mía fuera una de esas tres. No tuvimos nunca dos mil euros, pero hicimos mítines en Valladolid, Salamanca, Albacete, Murcia, Valencia, Zaragoza (a los pies de la Virgen del Pilar), Almería. Recuerdo aquel de Murcia que quería que le tocara la Lotería para que todos pudiéramos ir a todos los mítines defendiendo a la gente expoliada de la casta.
Con cuanta ilusión, con cuanto coraje nos presentamos, con Carmen Klecker y Rafael Velasco en los primeros puestos de la lista, a las elecciones al Ayuntamiento de Madrid. Cuando leo las cifras con las que se mueven partidos pequeños, me quedo asombrado. Nosotros en esas elecciones sacamos 4.100 votos con 1.000 euros de presupuesto.
Ahora todo el discurso base de eso que llaman la nueva política es el de la Plataforma de las Clases Medias y Regeneración. Nosotros lo sembramos. Ellos quieren agostarlo, pero no lo conseguirán.
Rambla Libre es la demostración de que el espíritu de la Plataforma de las Clases Medias sigue vivo. Porque no se ha visto en España gente mejor que los de la Plataforma. A todos os llevo en el corazón.