Miguel Sempere
El domingo 23 de septiembre, el secretario de organización del partido Vox, Javier Ortega Smith ha girado visita a La Coruña. Convocó a militantes y simpatizantes, y acudieron tres, uno de ellos, Marian Rey, dimitida y dada de baja ante la extraña operación de Santiago Abascal de ordenar que no presentara, in extremis, la candidatura de La Coruña. Otra de las asistentes ha sido la militante María Villar, quien ha sido investida presidenta de una Gestora sin respaldo. Javier Ortega se ha alojado en el céntrico Hotel Hesperia, 4 estrellas, dos noches.
Para ser un partido pequeño, que ha obtenido sólo 774 votos en Álava, la cúpula de Vox demuestra vivir a cuerpo sino de rey al menos a cuerpo de príncipe.
La habitación del Hesperia, según información del hotel, cuesta 81 euros por noche, por dos noches, 162 euros. El secretario de organización acudió con un acompañante varón. Otra habitación: 324 euros. Para la reunión con los militantes, que suponían multitudinaria, contrataron el Salón Castelao, profusamente decorado con marchandise de Vox. Otros 150 euros. Sólo el hotel, cerca de 500 euros, más los gastos de desplazamiento, comidas y dietas. Javier Ortega Smith está de gira. Unos días antes estuvo en Gijón. ¿De dónde saca para tanto como destaca?
Es el lujo de la cúpula sobre la miseria de la base. Las finanzas de Vox dan para eso, aunque las direcciones locales viven en la miseria: todo el dinero de las cuotas es remitido a Madrid. Marian Rey solicitó que el 25% de lo recaudado con las cuotas fuera remitido a La Coruña para poder dedicarlo a la actividad política. Nunca se le contestó.
Los militantes coruñeses recibieron de la sede central para la campaña de las elecciones generales del 20 D, cinco mil pasquines y quince carteles de la candidatura de Santiago Abascal. Sin sede, los 64 militantes de Vox en La Coruña siempre se han reunido en cafeterías, “pagando las consumiciones a escote”. Los militantes pagan 5 euros al mes, la cuota más baja; 9 euros, la mayoría, y algunos 25 euros. Todo ha ido siempre a Madrid. Es posible que con ese dinero se haya sufragado la estancia de Ortega Smith en La Coruña.
Según varias fuentes contrastadas internas de Vox, Javier Ortega Smith, abogado, cobraría al mes 1.500 euros en concepto de asesoría jurídica. Vox paga otros cinco sueldos; tres a personal administrativo, uno de ellos de media jornada; y hay otros dos dirigentes que tienen un sueldo fijo como políticos profesionales: Santiago Abascal, 3.500 euros mensuales, no se sabe si con extraordinarias, y Enrique Cabanas, 2.500 euros al mes.
Los dirigentes usan una tarjeta del partido, que algunos han dado en denominar “Green”, por analogía con las black, de las que no se da cuenta. Al mes, Santiago Abascal utiliza la tarjeta en 17 comidas y cenas.
Militantes críticos con la dirección comentan a Rambla Libre que se van a dar de baja del partido y a ordenar a su banco que no tramite las cuotas, puesto que están convencidos que ese dinero sirve para alimentar a una cúpula de políticos profesionales.