Miguel Sempere
Estaba todo listo para presentar la lista de Vox por La Coruña cuando la presidenta de Galicia, Marian Rey recibió una llamada de Santiago Abascal ordenándole no presentarla. Abascal simplemente adujo que no conocían a los candidatos, a lo que Marian Rey le contestó que sí, que los conocía bien, que eran afiliados de Vox y buena gente.
Fuentes internas de Vox consultadas por Rambla Libre, consideran que Santiago Abascal quiso hacerle un favor “a su amigo” Alberto Núñez Feijoo, que iba a pedir el voto útil para revalidar la mayoría absoluta, e insinúan que se está buscando una salida “para que el PP o Feijoo le vuelvan a colocar”.
Diversas fuentes contactadas por RL consideran que la opacidad de Santiago Abascal en materia financiera pasa porque Abascal ha confundido las finanzas de Vox con las familiares. Aunque algunas fuentes hablan de trama y de que pueden estarse beneficiando varios. Tanto Abascal como el gerente manejan sendas tarjetas de crédito con cargo al partido de cuyos movimientos y gastos no dan cuenta. Ninguno de los dos ha informado de las donaciones recibidas por Vox.
Este cesarismo financiero produce situaciones como la contada en RL por el secretario de la Comisión Gestora de Cáceres, Diego López Ordóñez: “desde junio/julio de 2015 tenemos bloqueado el acceso a la cuenta corriente abierta para la provincia de Cáceres, sin justificación aluna y dándonos largas con las más peregrinas excusas”. Y que la protesta no sólo no fue atendida sino que se les ha hecho la vida imposible.
Rambla Libre ha comprobado que dirigentes y militantes han puesto dinero de su bolsillo para sacar adelante un proyecto político que actualmente está muerto, con una militancia de gente sana y decente, que ha luchado por unas ideas convenientes; mientras una pequeña cúpula ha convertido a Vox en su modus vivendi. En ese sentido, diversas fuentes coinciden en señalar que Ortega Lara ha pedido a Santiago Abascal que dimita.