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Trump reclama patriotismo contra el stablishment destructivo

Redacción




Donald Trump, solo ante el peligro. /Foto: lopezdoriga.com.
Donald Trump, solo ante el peligro. /Foto: lopezdoriga.com.

Enrique de Diego

Es como un remake de “Solo ante el peligro”. Todos contra Donald Trump, demócratas y republicanos, todos los medios de comunicación, sin excepción, y aun así no ha quedado desbancado de las encuestas.

Nadie como él se había enfrentado al stablishment, a esa élite que se considera legitimada, por su poder económico, político y mediático, a decidir el destino de la Humanidad en una línea destructiva, pero que a ellos les resulta rentable. Eso no es una teoría conspirativa, eso es una conspiración que avanza cada día y que se aprovecha del gregarismo de la gente, de su comodidad para no enfrentarse a los estadios de histeria moral generados por los medios de comunicación.

Donald Trump ha recurrido al patriotismo, ha pedido una reacción patriótica. Sea cual sea el resultado de las urnas, Trump ha servido ya para abrir los ojos de mucha gente frente a la amenaza que representa esa élite que impone sus dictados. Mientras todo es protección mediática respecto a Hillary Clinton, la tercera fase de la casta contra sus enemigos, la de la demolición personal, está siendo sucia y arrogante.

Trump no ha sucumbido. Ha atacado a los pusilánimes republicanos del sistema: “no me metería en una madriguera con ellos, especialmente con Paul Ryan”. Y ha zurrado la badana al New York Times, un medio al servicio del mejicano Carlos Slim, el señorito de Felipe González, uno de los mayores financiadores de Hillary Clinton, la candidata del mal, junto con George Soros y accionista de referencia del citado diario. «Los reporteros del New York Times no son periodistas«, dijo Trump en un mitin Greensboro (Carolina del Norte). «Son lobistas corporativos para Carlos Slim y Hillary Clinton«. 

Después de mencionar la posibilidad de que empresas extranjeras «decidan los resultados electorales«, añadió: «No podemos permitirlo. No lo permitiremos«.

¿Se puede producir esa reacción patriótica? Dios lo quiera.