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Podemos: un culebrón venezolano de exnovias, exnovios y examigos

Redacción




Pablo Iglesias e Irene Montero, los nuevos amantes./Foto: lavozdegalicia.es.
Pablo Iglesias e Irene Montero, los nuevos amantes./Foto: lavozdegalicia.es.

Yrene Calais

El debate en Podemos se va empobreciendo a la carrera y cada vez se parece más a un culebrón venezolano. Tania Sánchez, diputada, y Rita Maestre, como presentación de su candidatura Adelante Podemos proclamaron que “no somos novias o exnovias de”. En algún momento, Tania Sánchez explicó que nadie dice de Pablo Iglesias que sea su exnovio.

En eso lleva razón. Nunca fueron novios y, por ende, ni son exnovia ni exnovio. Lo de novios implica un compromiso hacia el matrimonio y el matrimonio hacia la procreación. Está por hacerse un estudio demográfico políticamente incorrecto, pero necesario, respecto a la tasa de natalidad de nuestros políticos y a la de fecundidad de nuestras políticas, que debe aproximarse bastante a cero.

En propiedad, Tania Sánchez y Pablo Iglesias fueron amantes

Tania Sánchez y Pablo Iglesias, en sentido estricto, fueron amantes entre 2011 y marzo de 2015, cuando hicieron pública su ruptura como dos celebridades del corazón con un tono meloso de gusto discutible. “Nos queremos mucho, nos admiramos, nos respetamos, simplemente ya no somos pareja”. Esto de la pareja, antes se sabía que era de la Guardia Civil, pero ahora lo mismo vale para un roto que para un descosido. Eso de la pareja es una horterada para difuminar la promiscuidad.

Acaba de declarar Tania Sánchez en Antena 3 –ha cambiado de look para la ocasión- que espera que el de Podemos “no sea un debate de etiquetas” porque la gente “se aburrirá y se irá a casa”. Pero el de Tania y Rita está trillado y está lleno de etiquetas manidas: “se ha acabado el tiempo del monopolio político masculino, pero todavía cuesta aceptarlo. La política es el cortijo de los hombres, las mujeres no venimos de invitadas, somos protagonistas y defendemos un Podemos para todas”. Llegan tarde al sufragismo, se les adelantó Clara Campoamor.

Ahora los amantes de Podemos son Pablo Iglesias y la ascendente Irene Montero

Bueno, del “nos queremos mucho” y todo eso de marzo de 2015 se ha pasado –feminismos y machismos, aparte- a que Tania Sánchez no se habla con Pablo Iglesias y a que la nueva figura emergente de Podemos es la nueva compañera para todo, la psicóloga Irene Montero Gil, 28 años, que, por supuesto, ya que estamos ante la nueva política, porque si lo contemplamos como si fuera la vieja política podría pensarse que Irene Montero está subiendo por la cercanía al césar.

Entre Tania e Irene, a Pablo Iglesias se le situó con Dina Bousselham, su asistente en Bruselas en la etapa de eurodiputado. Si fuera la vieja política podría pensarse que Pablo Iglesias utiliza Podemos para ligar, como un cacique a la vieja usanza, como si Podemos fuera su serrallo. Vamos que los cuatro que mandan ahí son todos exnovios y exnovias y se van cambiando y con respecto al cambio, así se ocupan las posiciones de poder. Suena a aquello del profesor tirándole los tejos a las alumnas y ahí sigue Tania Sánchez hablando, embobada, de la “enorme brillantez intelectual” de Pablo Iglesias que, a tenor de sus publicaciones y curriculum, es una encantadora exageración. Un personaje que habla de plurinacionalidad más bien tiene una empanada mental considerable y desconoce hasta el principio lógico de no contradicción.

Lo de las círculos ya es historia

Porque lo del movimiento asambleario y el debate y los círculos lo vamos a dejar, porque ha sido clausurado después de dar un golpe en la mesa de última hora y obligar a Podemos a entrar a la trágala en En Marea. Eso es centralismo democrático leninista pero sin cheka, ni Siberia, ni Gulag.

Y luego están esos falsos debates que serán de nueva política pero suenan a muy vieja de “pablistas” y “errejonistas”, para colocar a unos u a otros y ganar parcelas de poder controlado, en el que han llegado a discutir sobre si entrar con ministerios o no en un pacto con el PSOE, que nunca se iba a producir. Y ahora si rompen o no los acuerdos autonómicos. Debates tácticos de bajos vuelos cuando “se acabó el tiempo de la maquinaria electoral”, como ha sentenciado Tania Sánchez.

La misma a la que en marzo de 2015, con motivo de la ruptura emocional de lo que fueran, Pablo Iglesias calificó de “la mujer más valiente y a la que más admiro”. Culebrón a tope. Las palabras se las lleva el viento. Ahora la más valiente y la que más admira es Irene Montero, y todo queda en el serrallo de Podemos y el personal va a pensar que sólo anda buscando colocarse y ganar buenos sueldos, como la casta parasitaria, que definió Enrique de Diego y copió Pablo Iglesias.

En aquel capítulo del culebrón venezolano de Podemos de la ruptura de lo que fueran, Tania, además de mostrar la consabida admiración por Pablo, el ex lo que fuera, lo definió como “el hombre que lo cambió todo”. Bueno, por ahora, cambiar, cambiar, lo que se dice cambiar no ha cambiado nada, ni un pimiento; pudo cambiarlo votando sí a la investidura de Pedro Sánchez, pero se le pasó el arroz.

Convendría que empezaran a hacer algo serio o la gente se terminará cansando del culebrón, que en eso tiene más tablas Belén Esteban.