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Rambla Libre es la continuación de la Plataforma de las Clases Medias

Redacción




Enarbolando el chorizo que puse en la puerta de la sede de UGT. /Foto: blogs.formulatv.com.
Enarbolando el chorizo que puse en la puerta de la sede de UGT. /Foto: blogs.formulatv.com.

Enrique de Diego

Una de mis mayores satisfacciones con Rambla Libre es el alto nivel y la lucidez de los comentarios, que enriquecen el digital y que muchas veces son mejores que los artículos. La tesis, que considero absolutamente probada por el devenir de los hechos y por los datos que van conociéndose, de que el 15 M y Podemos fueron respuesta (acción-reacción) al surgimiento y movilizaciones de la Plataforma de las Clases Medias ha merecido, entre otros, el siguiente comentario de quien firma Isidro: “D Enrique simpatizamos y coincidimos en muchos aspectos, pero hay que ser un poco más modesto. El 15 M fue una operación del poder para dividir el voto del PSOE y continuara mamandurria Mariano ad infinitum, pero obviamente no les salió como esperaban. Eso sí, la lucha continúa”.

Si bien Barrakuda ha dado una contestación lúcida y documentada, que, probablemente, haga innecesaria la mía, no me resisto a incidir en la materia. Insisto, pues: el 15 M fue la respuesta de la casta al surgimiento de las Clases Medias, siendo Podemos un lamentable despiste histórico, intencionado de la casta universitaria, una de las peores y más culpables del desastre y la degeneración de las mentes.

La conclusión que he querido transmitir es que el sistema es mucho más débil de lo que nosotros creemos y reaccionó de manera homeopática. Y el corolario es que puede ser vencido y desmantelado.

Por responsabilidad, ética y patriotismo

Eso nada tiene que ver con mi modestia. Me resultan cansinos estos dicterios pseudomorales, relativos a la subjetividad y a las intenciones, en las que es cenagoso entrar. Eso es intentar contribuir a procesos de demolición personal. Por supuesto, podría haberme situado –y muy bien- en la casta y participar en la mentira lacaya. Actúe por responsabilidad, ética y patriotismo, consciente del daño que se iba a producir a mis compatriotas, y cuyas consecuencias más graves están por llegar. Y en tales pulsiones no va a hacer mella ni el resentimiento ni la mediocridad.

La Plataforma de las Clases Medias no sólo denunciaba los terribles males del sistema, y sus consecuencias, sino que daba soluciones y se enfrentaba a la corrección política. Muchas de las manifestaciones y concentraciones fueron claramente noticiables y fueron absoluta y tenazmente silenciadas. Lo fueron también por Intereconomía, progresivamente, en aquella etapa en la que Julio Ariza se vendió a la corrupción del PP y se dedicaba a hacer el juego sucio a Rajoy (como él mismo reconoció llorando en conversación con Alfonso Arteseros). Recuerdo que ese mismo Julio Ariza, mientras me iba marginando y silenciando, se dedicó a lanzar a Pablo Iglesias.

Izquierda Unida quiso recuperar la calle contra el bipartidismo

No es verdad que el 15 M fuera una operación del poder para dividir el voto del PSOE y eternizar a Rajoy. Esa es la tesis atribuida a Pedro Arriola y es ulterior. Hoy tenemos cada vez más datos de que el 15 M no fue espontáneo, incluso sabemos que hubo financiación de la Open Society Foundations de George Soros. El 15 M, originariamente, surge de Izquierda Unida, y concretamente de IU de Rivas Vaciamadrid. Es decir, de Tania Sánchez. Con mensajes contra el bipartidismo. Y también de la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense, que a los pocos días toma el liderazgo. Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias.

La izquierda quiso recuperar la calle, que la Plataforma de las Clases Medias, modesta y desorganizadamente, pues no pasamos de un estado embrionario, habíamos tomado.

Pasaron cosas curiosas. Por ejemplo, organizamos la Convención del partido Regeneración y curiosamente ese día la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Francisco José Alcaraz –controlada políticamente por Esperanza Aguirre y Federico Jiménez Losantos– convocó una manifestación el mismo día y a la misma hora, sin motivo aparente. En otro artículo contaré cuando Juan Carlos Girauta se pavoneó de que “el discurso triunfador es el de las clases medias de Enrique de Diego y se lo vamos a quitar”. Y quizás dedique otro a cuando Alejo Vidal-Quadras me dio a entender, con descaro, lo mismo.

Casta, regeneración, clases medias

Toda la semántica del panorama político actual es mía y fue difundida por la Plataforma de las Clases Medias. Y me importa una higa las referencias a la modestia (bastante penitencia he tenido). Empezando por casta y me remito a mi libro “Casta parasitaria” (2008), por clases medias, que puse en circulación con contenido ideológico que está en “El Manifiesto de las clases medias”. No clase media, que es el concepto económico, y el que se usaba y poco, sino el de clases medias, que es el que ahora usan en las campañas electorales mendaces que padecemos. Y, por supuesto, Regeneración, que fue el partido emanado de la Plataforma. ¿O no dice Albert Rivera regeneración dos veces cada tres palabras, sin saber muy bien a qué se refiere? ¿O no ha hablado Pedro Sánchez de un gobierno “regeneracionista”?

Y cuando, encabezando una manifestación multitudinaria, puse un chorizo en la puerta de la sede central de UGT, ese sindicato era un poder fáctico y era clave mostrar que no eran otra cosa que una máquina de pillar subvenciones y expoliar al contribuyente. Nadie lo dijo antes que nosotros y hoy eso es de conocimiento general y la UGT ni pincha ni corta.

¿Es que, acaso, tengo que avergonzarme de todo eso? Lo que me enerva es que usan esos términos para vaciarlos de contenido, para que continúen la mentira y la farsa, muy lucrativas para tanto chupóptero especializado en el juego del pilla pilla presupuestario.

Para salir de la crisis, hay que ir al espíritu y las soluciones de la PCM

Y el debate no es histórico ni ocioso –ni tampoco de vanidades, Isidro- porque nos estamos jugando la supervivencia de la civilización. La cuestión es que para salir de esta crisis brutal en la que nos van metiendo –con sobredosis de soma- en medio de mantras como eso de la recuperación, hay que ir al espíritu y a las soluciones de la Plataforma de las Clases Medias. Mientras Podemos quiere aplicar mayores dosis del mal, sobredosis de corrección política.

Al día siguiente de que Regeneración obtuviera 4.100 muy dignos votos en las elecciones municipales al Ayuntamiento de Madrid, un Ariza que el día anterior me llamó para decirme que votaría a Regeneración, me conminó con una histeria desbordada –sólo comprensible por calambrazos mayúsculos desde el PP- a dejarlo de inmediato, a dar de baja Regeneración, a que me callara. Como dicen en Gladiator,antes de matarte, tienen que quitarte la fama”.

Desconozco lo que ha hecho Isidro para cambiar la situación, y le deseo todos los éxitos del mundo en tal empeño, porque serían necesarios y convenientes, pero cuando te mueves en la buena dirección suceden cosas, muchas cosas. Por ejemplo, el PP pagó 42.000 euros a Intereconomía para que mi programa, ya marginado a Radio Inter, no se oyera en Cataluña. O a la semana de salir Rambla Libre, resulta que méneame nos bloquea y encima se permite intentar desacreditarnos.

El sistema que controla todos los medios (menos Rambla Libre, ahora) primero te silencia, luego te ridiculiza y por último decreta tu ostracismo y tu muerte civil. Ya sabía que me iba a costar el puesto de trabajo y el silencio mediático, pero actúe –y sigo actuando- por responsabilidad, ética y patriotismo. Y porque la situación es muy grave, “Isidro”, y lo va a ser mucho más.

¿Qué hubiera llegado a ser la Plataforma de las Clases Medias con el apoyo mediático de Intereconomía? Cuando, tras aquellos 4.100 votos, en los que invertimos los 1.100 euros que teníamos en caja (porque el sistema controla el poder económico), y tras la monumental bronca de un desencajado Ariza premonitoria de medidas punitivas, asistí, cariacontecido, a la jura de bandera de Alfonso Arteseros, al final se me acercaron varios oficiales: “¡La que habéis armado! –me dijeron. Habéis puesto en cuestión el sistema”. Pues sí. Y Rambla Libre es la continuación. Lo hicieron las heroicas gentes de la Plataforma de las Clases Medias repartiendo unos modestos pasquines –esos sí que eran modestos, muy modestos- con nuestro ideario en las estaciones de trenes, en las paradas de taxis, en las salidas de Metro, a la búsqueda de la gente, porque sí hay una élite depredadora esquilmando a la gente, a la buena gente.

Y eso fue antes de que Pablo Iglesias hablara de casta y antes de que a Albert Rivera se le llenara la boca con regeneración. ¿Qué hubiera hecho la Plataforma de las Clases Medias con tres millones de euros? Bueno, tranquilo, Isidro, eso hubiera sido venderse y entrar en la mentira. Nosotros no quisimos nunca participar de la mentira. Y todas nuestras movilizaciones fueron antes del 15 M y no se podía permitir que la corrección política fuera afrentada. No es baladí recordar que nosotros también cuestionamos directamente el multiculturalismo, al que todos los partidos –y Podemos a la cabeza- rinden suicida pleitesía, en lo que en mi último libro, que anda por Amazon y Casa del Libro, he calificado de “El suicidio de España”, al principio mínimo de 0,99 céntimos. Doy así la razón, con ironía, a quienes con tanta insistencia machacaban que todo lo hacía para difundir mis libros; libros que ayudaron a financiar muchas actividades y movilizaciones; y que están escritos, con las soluciones, desde la convicción de que la situación es muy grave –una crisis de sistema, de civilización- y lo va a ser más, si no se planta cara con decisión.

Pero sí, la lucha continúa. Rambla Libre es la continuación de la Plataforma de las Clases Medias. Mil gracias, Barrakuda. Rambla Libre es la consecuencia de una lección aprendida: se necesitan medios de comunicación propios, porque, en otro caso, se funden los plomos, callan los micrófonos y se va a negro la pantalla. También se necesita, obviamente, financiación, pero eso es harina de otro costal.

El 15 M y Podemos, operaciones de la casta para frenar a la Plataforma de las Clases Medias