Josep Sansano
Los servicios de Salud Mental en Alicante están en peligro. La razón es que la Generalitat está retrasando pagos a la Asociación de Familias de Enfermos Mentales de Alicante lo que hace que 44 trabajadores lleven cuatro nóminas sin cobrar, y ha llevado a algunos de ellos a endeudarse para poder sobrevivir.
Tras mantener asambleas y concentraciones en Alicante, el viernes los trabajadores de AFEMA trasladan su protesta a Valencia. Un Gobierno que presume de conciencia social –en lo que siempre ha destacado la vicepresidenta, Mónica Oltra– ha de dar una respuesta rápida.
Según un portavoz de AFEMA en declaraciones a Rambla Libre, “los retrasos en pagos han sido constantes, llevamos así siete años, pero esta vez se han superado todas las líneas rojas y queremos que haya una solución definitiva, para que no vuelva a pasar, y con una interlocución directa de la Generalitat con los trabajadores”.
Los trabajadores se han declarado en huelga indefinida, con los correspondientes servicios mínimos.
La labor de estos trabajadores es muy valorada en la sociedad alicantina y goza de un prestigio general. Incluye un Centro de Día, un Centro de Rehabilitación e Inserción Social, dos viviendas tuteladas, un departamento de ocio y un programa de atención integral. Se trata, pues, de una atención fundamental a un sector muy sensible.
Según el portavoz de los trabajadores de AFEMA, “nos han llevado al ahogo y al borde del cierre”.