Luis Bru
Tras las elecciones gallegas y vascas, todos los medios de comunicación al unísono pidieron, en niveles de linchamiento inmisericorde, como una auténtica caza del hombre, la dimisión de Pedro Sánchez. Albert Rivera también las ha perdido y nadie –ningún medio- ha pedido que dimita.
Porque si lo del PSOE ha sido una derrota, lo de Ciudadanos ha sido un descalabro; si lo del PSOE ha sido una caída, lo de Ciudadanos ha sido un despeñarse. En Galicia ha pasado de 133.938 votos, el 8,63%, en las generales del 26 J, a 48.103, el 3,38%, en las elecciones autonómicas. En el País Vasco, bajó de 40.326, el 3,51%, en las generales, a 21.362, el 2,02%.
Y, la verdad, nadie ha pedido la dimisión de Albert Rivera, ni tan siquiera de los candidatos, a pesar de que Ciudadanos es extraparlamentario en las dos autonomías citadas. ¿Por qué?
1.- Albert Rivera no tiene sector crítico, porque los ha expulsados a todos (dos mil, récord).
2.- Ciudadanos es el partido de unos cuantos amigos que han encontrado un nicho de mercado y han patentado la franquicia.
3.- Ha tenido la suerte de que todos los focos de la atención se hayan puesto en el PSOE y en Pedro Sánchez.
4.- Tiene una protección de los medios porque apuesta por la “gobernabilidad” y pacta y no plantea problemas para la “estabilidad”.