Enrique de Diego
Es tal su afinidad y dependencia con José Bono, que al “barón” Emiliano García-Page, en Castilla-La Mancha, le llamaban “el sobrino de Bono”, el de la cuenta corriente en Las Bahamas, con su consuegro Raphael, de 160 millones de euros, en el Santander Bahamas International Limited.
García-Page tiene una biografía pareja a la de Susana Díaz. Pertenece a esa plaga de políticos profesionales, que han hecho carrera en el partido y no tienen otro oficio ni beneficio. Licenciado en Derecho, no ha ejercido nunca la abogacía. A los 18 años se afilió a las Juventudes Socialistas –como Susana Díaz-, en 1987 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Toledo y desde entonces no se ha bajado del coche oficial, escalando en cargos electos y orgánicos.
En 2007, sin ser el candidato más votado, mediante pacto con IU, accedió a la alcaldía de Toledo. Entró en la Junta de Castilla-La Mancha con tío Bono y le sirvió especialmente bien como consejero de Obras Públicas, como pueden atestiguar Rafael Santamaría, Francisco Hernando, El Pocero, y Fernando Jerez Alonso, presidente de la Federación Empresaria de Toledo en aquellas fechas. Le debe la presidencia de la Junta a Podemos, que ha dado por finalizado el acuerdo de legislatura.
Es tan servil que ha declarado que “Pedro Sánchez debería pedir disculpas a Felipe González”.