Miguel Sempere
Enfundado en una frialdad tecnocrática, Luis de Guindos intentó justificar lo injustificable, situando el nombramiento de José Manuel Soria como limpio y técnico. La oposición –PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos- coincide: Luis de Guindos debe dimitir, asumir responsabilidades políticas. Era un nombramiento político y se ha mentido.
Los tres portavoces de las principales fuerzas políticas, Pedro Saura, por el PSOE, Pablo Iglesias, por Unidos Podemos y Antonio Roldán, por Ciudadanos, se han empleado con dureza cercana al ensañamiento. Con puntos en común: José Manuel Soria no era idóneo porque tenía y había gestionado empresas en paraísos fiscales, y si no podía estar en el Gobierno por ello, menos en el Banco Mundial, una de cuyas misiones es luchar contra los paraísos fiscales.
El concurso no fue público, ni tan siquiera estaba en la página web del Ministerio y ni tan siquiera fue concurso, porque no había baremación ni posibilidades de impugnación. No era para funcionarios, no siendo esa condición preceptiva.
Se ha tratado en todo momento de un nombramiento político, como destacó Pedro Saura, que elevó las responsabilidades, por mentir, a Mariano Rajoy. Para Pablo Iglesias, Luis de Guindos debe “dimitir ipso facto” y considero que el ministro “no es honorable”. Antonio Roldán indicó—— que en Ciudadanos se sienten “avergonzados”, que se ha tratado de un “dedazo impune” y que es preciso asumir responsabilidades políticas, porque los tiempos han cambiado. Roldán fue el que llevó más allá la sugerencia de que es preciso cambiar el sistema de estos nombramientos para que sean transparentes y de mérito.