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Rajoy: Cuántas veces estamos dispuestos a llamar a las urnas a los españoles

Redacción




Mariano Rajoy: triunfalismo y continuismo. /Foto: lavanguardia.com.
Mariano Rajoy: triunfalismo y continuismo. /Foto: lavanguardia.com.

Enrique de Diego

Con un discurso seguro, firme y tedioso, de corte tecnocrático, Rajoy pide con urgencia la formación de un Gobierno, esa la primera razón, relacionada con la aprobación de los Presupuestos antes del 15 de octubre, para evitar, además, la multa de la Unión Europea y la pérdida de credibilidad de España.

A esa primera razón, se suma la consideración de que el PP ganó las elecciones con claridad. Y como tercera razón, que no hay alternativa, fuera de una aventura de radicalismo e ineficacia.

Con autosatisfacción, haciendo un balance muy positivo de su gestión, Rajoy indicó que hay un clamor popular para que haya ese Gobierno “eficaz” con urgencia. Resaltó que España tiene el mayor crecimiento de la zona euro y que se está creando medio millón de personas al año y la nación de las grandes de Europa que más empleo crea, medio millón de personas al año.

Pero esa tendencia, avisó, se puede torcer si persiste la parálisis política. Por de pronto, de los Presupuestos dependen las ayudas sociales y las autonomías.

Rajoy consideró que ese Gobierno ha de ser estable, de amplia base parlamentaria, capaz de generar confianza interna y externa. No hay alternativa a su Gobierno.

El Gobierno ha de ser estable. Se refirió a Ciudadanos y a Coalición Canaria agradeciéndoles su esfuerzo de colaboración. Escasa referencia a sus aliados, cercana al ninguneo.

La prioridad del Gobierno sería el empleo, en donde se ha cambiado la tendencia, de una destrucción de 1.400 empleos cada día, a crear cada día 1.600. El objetivo es tener 20 millones de personas empleadas en 2020. Tres tipos de contratos y medidas de estímulo: exenciones fiscales a los primeros 500 euros de sueldo. Revisión de duplicidades. Tendencia a bajar el IRPF cuando se baje el déficit a menos del 3%. Preocupación por la situación de las pensiones que llevaría a la convocatoria inmediata del pacto de Toledo. Una visión idílica, pero falsa, de lucha contra la corrupción. Pasando de puntillas sobre el gran problema europeo y español de la inmigración invasiva.

Discurso triunfalista, continuista, centrado en la economía y sin ninguna propuesta regeneradora.

Fue en el tramo final en el que Rajoy hizo referencia a que no tiene los apoyos suficientes para gobernar, aunque no se refirió en ningún momento al PSOE, cuya abstención es necesaria. Se preguntó si alguien tiene la voluntad de convocar a los españoles a unas terceras elecciones y «¿cuántas veces está dispuesto a convocarles a las urnas?». Consideró éste como uno de los momentos más graves de la historia de España, calificó la situación de excepcional e hizo un llamamiento a los acuerdos básicos constitucionales para permitir que haya Gobierno y oposición.

Antonio Hernando: “Un candidato cansado”

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El PSOE ha reaccionado con distanciamiento y dureza al discurso de Rajoy. “Hemos asistido al discurso de un candidato cansado, casi un burócrata”, ha afirmado Antonio Hernando, portavoz del PSOE. “Plano” y “aburrido” han sido calificativos frecuentes en los pasillos del Congreso. Juan Carlos Girauta ha calificado de “correcto” el discurso, aunque Miguel Gutiérrez, también de Ciudadanos, lo ha tildado las palabras de Rajoy de “planas, antiguas y electoralistas”. A Girauta incluso le ha llamado la atención la “falta de fe” de Rajoy. «¿Realmente Rajoy quiere ganar esta investidura?», se ha preguntado el portavoz de Compromís, Joan Baldoví.