AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

El plan Soros puede fallar

Redacción




George Soros. /Foto: doralnews.online.com.
George Soros. /Foto: doralnews.online.com.

Enrique de Diego

El plan Soros es la destrucción de los estados-nación europeos, en nombre de la supranacionalidad de Bruselas, donde Jean-Claude Juncker mantiene el mismo discurso, la eliminación de las fronteras exteriores y la destrucción también de las sociedades mediante una invasión islámica; multiculturalismo y corrección política.

Ese plan Soros está basado, sobre todo, aunque no sólo, en partidos de izquierda y extremaizquierda, verdes, y un entramado de onegés contra el racismo y la xenofobia, todo ello acompañado por un abrumador control mediático, capaz de establecer visiones distorsionadas de la realidad e incluso una semántica común.

Cuando el presidente de Hungría, Viktor Orban denunció que la Open Society Foundation estaba tratando de boicotear sus políticas, George Soros remitió un comunicado al portal Bloomberg, en el que confirmó las acusaciones, pero resaltando que sus fundaciones ayudaban a “defender los valores europeos”, mientras acusaba a Orban de “socavar esos valores”, porque “su plan visualiza la protección de las fronteras como el objetivo y los refugiados como un obstáculo. Nuestro plan visualiza la protección de los refugiados como el objetivo y las fronteras nacionales como el obstáculo”.

Es un plan geoestratégico destructivo de largo alcance, que está muy avanzado, que representaría la conversión de Europa en un continente islámico en conflicto, y que cuenta con muy fuertes apoyos, o por convicción, o por sumisión a la corrección política –mediante el ambiente opresivo generado por un control abrumador de medios de comunicación- o por directa financiación.

Así, según la filtración de Wikileaks, de los documentos de la Open Society, esta considera que controla de 751 europarlamentarios, 227, aproximadamente el 30% de la Cámara: GÜE (Izquierda Unitaria Europea: IU, Podemos y socios): de 52 parlamentarios, 38 controlados por las Fundaciones de Soros; Alde (Alianza de Liberales y Demócratas por Europa): de 70, 38; Verdes (Verds/Alde o Greens/EFA): de 50, 29; Partido Popular Europeo (PPE): de 215, 36; ECR (Conservadores y Reformistas Europeos): de 74, 7.

El plan Soros tiene varios ejes del mal, empezando por la alianza financiera con las potencias suníes, Qatar, Turquía, Emiratos Árabes y Arabia Saudí, que –especialmente ésta última- financian a las mezquitas y a los imames para que difundan el wahabismo, especialmente rigorista y contrario a los valores occidentales.

Luego está Barack Obama, cuya política exterior, sobre todo con su respaldo a la llamada “primavera árabe”, que sólo ha producido un “invierno integrista”.

La canciller de Alemania, Ángela Merkel se ha destapado como la campeona del multiculturalismo y de la inmigración invasiva, haciendo, primero, un efecto llamada y luego dejando en suspenso todas las leyes migratorias europeas para recibir a un millón de refugiados musulmanes, que han generado un grave problema social, de terrorismo y de identidad.

La Comisión Europea y Jean-Claude Juncker, que es un fervoroso militante del suicidio colectivo del “sin fronteras”.

Otro personaje que se ha sumado a la ofensiva ha sido Jorge Bergoglio, quien, silenciando dolosamente el genocidio de los cristianos en Siria (de 2.500.000 de cristianos quedan 1.250.000) e Irak (de 1.500.000 cristianos quedan 300.000), ha convertido la eliminación de las fronteras en el mensaje fundamental de la jerarquía. Es mimado por los medios controlados por Soros. Se le concedió el Premio Carlomagno, en cuya recepción, en el Vaticano, afirmó: “tengo el sueño de una Europa en la que ser emigrante no sea delito”. Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, también predica la eliminación de las fronteras.

Sin embargo, este poderoso frente se está encontrando con resistencias desesperadas, que, con frecuencia, surgen de las sociedades desarmadas y sin medios de comunicación de apoyo.

1.- El golpe más fuerte, hasta el momento, ha sido el Brexit. El 25 de junio de 2016, el pueblo inglés votó, con suficiente claridad, defender su estado-nación desligándose de la Unión Europea. El resultado, sorprendente para muchos, fue del 51,9%, 17.410.742 votos, frente al 48,1%, 16.577.342 votos. El día antes de la votación, George Soros hizo una desesperada intervención desde su periódico The Guardian (tiene un acuerdo de colaboración con El Diario del ignorante ilustrado Ignacio Escolar) amenazando con la hecatombe económica.

2.- La firme postura de Hungría. Su presidente, Viktor Orban, sobre el que cayó una furibunda campaña mediática y de descrédito y presión desde Bruselas, defendió sus fronteras contra el multiculturalismo y la generación de “sociedades paralelas” musulmanas y ha iniciado una rebelión en toda regla de las naciones contra la supranacionalidad burocrática de Bruselas con un referéndum 2 de octubre, que reivindica la soberanía del Parlamento húngaro y la eliminación de cuotas de ‘refugiados’. A la postura húnara se ha sumado la Polonia de Beata Szydlo y un frente sólido de naciones del Este, entre las que están Ckekia, Eslovaquia y Rumanía.

3.- El posible cambio político en Austria, donde la repetición de las elecciones –por irregularidades en el recuento del voto por correo- podrían darle la victoria a Norbert Hoffer, del FPÖ. Sería el primer jefe de Estado identitario de una nación del oeste en la Unión Europea y tendría un efecto dominó.

4.- El fortalecimiento del liderazgo de Vladimir Putin, el primer objetivo de Soros, que intrigó y financió el derrocamiento del gobierno proruso de Ucrania. Putin con su intervención en Siria ha frenado el genocidio de los cristianos.

5.- El debilitamiento de Ángela Merkel, que ha ostentado estos últimos años el liderazgo de la Unión Europea. En septiembre hay elecciones en Meckelerburgo Pomerania y Berlín, donde es previsible un deterioro de la CDU.

6.- El resurgimiento de Alternativa por Alemania. Una de las piezas básicas del plan Soros era el freno a los partidos identitarios mediante su criminalización a través del delito de incitación al odio (nunca se aplica al islamismo). Alternativa por Alemania ha roto ese cordón sanitario.

7.- Tras el Brexit, la Unión Europea ha sido incapaz de dar una respuesta creíble y alentadora. Se ha recluido en los países fundadores, Alemania, Francia e Italia, y en sus liderazgos trastabillados. Ciertamente, no estamos ante Konrad Adenauer, Charles de Gaulle y Alcide de Gasperi. Esta semana Ángela Merkel, François Hollande y Matteo Renzi escenificaban el funeral de la UE en un marco adecuado, el portaaviones italiano Garibaldi, buque insignia de la flota dedicada a combatir las mafias de la inmigración en el Mediterráneo. Con notable poco éxito. A pesar de su caída en popularidad, hasta el 47%, Ángela Merkel es todavía un peso pesado al lado de un François Hollande amortizado y un Matteo Renzi, cuyas últimas elecciones locales fueron un auténtico varapalo para su partido.

6.- El frente más severo abierto al plan Soros de destrucción de las naciones e imposición del multiculturalismo y la corrección política ha sido la irrupción de Donald Trump. Las dos últimas elecciones presidenciales, ganadas por Barack Husein Obama, el partido republicano presentó candidatos plegados a la corrección política. Cuando Donald Trump inició su carrera en las primarias como un outsider, nadie daba nada por él y se suponía que su discurso ya ni tan siquiera tenía sitio en la vida pública. Es ya –contra todos los pronósticos- candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, objeto de la consiguiente campaña de descrédito mediática, pero también puede que falle el pronóstico de que era el peor candidato republicano posible frente a una Hillary Clinton financiada por George Soros y la familia Saud.

7.- Y España, ¿qué? No puede quedarse fuera de este movimiento de resistencia que avanza conquistando, con esfuerzo, posiciones. Rambla Libre está, contra viento y marea, haciendo pedagogía. En dos años, se darán las condiciones para el surgimiento de un fuerte partido identitario.