Miguel Sempere
El bloqueo de la política española tiene bastante de ficción: el Gobierno y los altos cargos del PP siguen disfrutando de sus sueldos, como si tuviera mayoría absoluta, y lo mismo sucede en las empresas de la SEPI y, sin tenerla, funciona con mayoría absoluta en RTVE. Se ha producido la anomalía de que la cobertura de las elecciones de 26J fue controlada por la cúpula directiva del PP cuando éste partido ya no tenía mayoría absoluta y ni tan siquiera presentó candidato a la investidura. Esa anomalía se está perpetuando.
En el año 2012, el Partido Popular modificó el sistema de elección del presidente de RTVE, que desde 2006 precisaba los dos tercios de la Cámara, lo que obligaba al consenso, al menos, con el principal partido de la oposición. El Consejo de Ministros aprobó un decreto ley que estableció que era suficiente para el nombramiento con la mayoría absoluta, que era con lo que contaba el PP y podía imponer su candidato. Ese cambio legislativo se justificó porque desde julio de 2011, tras la dimisión de Alberto Oliart, que fue elegido por unanimidad de las fuerzas políticas como lo fue su antecesor, Luis Fernández, tenía vacante el puesto de presidente.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, defendió el cambio de la norma diciendo que el problema de gestión en RTVE es «muy grave» y que la falta de acuerdo ha acelerado que se adopte esta medida. La falta del presidente de la entidad hacía, según la vicepresidenta, que la corporación «no tenga posibilidad de aprobar sus cuentas anuales» ni «tampoco de aprobar el anteproyecto de los presupuestos«, que tienen que soportar un recorte de 203 millones de euros este año, ha recordado la vicepresidenta
Además el Gobierno decidió reducir de doce a nueve el número de miembros del Consejo de Administración de RTVE. Estos no podrán tener dedicación exclusiva como hasta ahora, y su sueldos, que alcanzaban los 110.000 euros brutos anuales, se suprimen y solo cobrarán dietas por su asistencia a las reuniones. También se suprimieron los consejeros nombrados por los sindicatos, UGT y Comisiones Obreras.
El 6 de octubre de 2014, el Gobierno nombró a José Antonio Sánchez -una nulidad profesional- especializado en manipulación política y en el seguimiento estricto de las consignas, que presumió en sede parlamentario de parcialidad haciendo público que era votante del PP. De hecho, ese nombramiento buscaba que RTVE estuviera en condiciones plenas de servir a los intereses del PP de cara a las elecciones generales. Pero el 20D el PP no obtuvo la mayoría absoluta y la situación de RTVE es claramente anómala y con unos niveles de sectarismo inaceptables. Y esa posición dominante, que no le correspondía, el PP ha afrontado las siguientes elecciones del 26J.
A pesar de los números rojos y de los bajos índices de audiencia, hasta diez directivos de RTVE se desplaaron hasta Río de Janeiro para disfrutar de los Juegos Olímpicos. Entre ellos, el jefe de Informativos José Antonio Álvarez Gundín, personaje periodísticamente romo, que sólo está para seguir las consignas del Partido Popular.