Patricia Rico
La Comisión paritaria, creada el 2 de agosto, para estudiar el acceso o no de la mujer al diaconado, se ha puesto en marcha. El confuso Bergoglio se ha puesto a jugar con la herejía modernista, según la cual, la Iglesia y el Papa no custodian una doctrina revelada sino que pueden decidir en cada tiempo, a conveniencia, democráticamente, lo cual implica la negación de la divinidad de Jesucristo. Esa herejía fue condenada por San Pío X como “el compendio de todas las herejías”.
Jesucristo sólo eligió varones para el sacerdocio. En los Hechos de los Apóstoles los diáconos son siempre varones. Las diaconisas en la Iglesia primitiva nunca fueron ordenadas y el diaconado forma parte del sacramento del Orden. Sus funciones eran de apostolado y de ayuda en cuestiones vedadas por el pudor. Ni el confuso Bergoglio ni la Comisión formada por seis varones y seis mujeres pueden cambiar lo que Cristo instituyó. La Comisión está presidida por el jesuita monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la fe. El feminismo se traslada al interior de la Iglesia con todo su poder destructivo.