Virginia Montes
En septiembre hay elecciones en länder, incluido el de Pomerania Oriental, en uno de cuyos distritos tiene su acta la propia canciller, lo que eleva su significado, y la CDU ha entrado en pánico por su laxa política inmigratoria, que tiene el rechazo del 65% de los alemanes.
Se repiten los gestos para intentar sugerir a la población que se tiene la situación bajo control, que se toman medidas, pero nadando entre dos aguas, atenazados Ángela Merkel y la CDU en la corrección política y en sus propios errores.
La reunión de ministros del Interior de los Länder quiere prohibir el burka en los sitios sensibles. Entre estos lugares se encuentra el conjunto de los servicios públicos, guarderías, escuelas, universidades, tribunales, controles de pasaporte, manifestaciones y todas las situaciones en las que las personas deban ser identificables.
La noticia es que el burka ha pasado a ser cuestión de debate no en la etnia pastún de Afganistán sino en Alemania. Los socialdemócratas dicen que es oportunismo, que sólo hay una cientos de mujeres en toda Alemania con burka. ¡Unas cientos!
Todo gira en torno a palabrería sensiblera. El ministro del Interior, Thomas de Maizière afirma: “rechazamos el burka”; sólo faltaría que lo aceptaran. «Mostrar la cara es constituyente de la convivencia en nuestra sociedad».
La vulneración de esta orden será vista como una infracción de reglamento, anunció el ministro de Interior de Mecklenburgo-Antepomerania, Lorenz Caffier (CDU). De Maizière y Caffier aseguraron que esta es la posición común de todos los ministros. Antes del encuentro en Berlín, algunos ministros habían solicitado la prohibición completa del burka, lo que abrió un polémico debate en el país. Sobre todo Caffier y su homólogo de Berlín, Frank Henkel, que se enfrentan a sendas elecciones regionales en septiembre, apoyaban esta medida. Sin embargo, De Maizière lo rechazó invocando problemas constitucionales.
La prohibición del burka no tiene nada que ver con la seguridad, sino con la cohesión social, indicó previamente en la televisión pública alemana ZDF. «Rechazamos unánimente el burka. No encaja con nuestro país abierto«, agregó.
La reclamación de los ministros de Interior encaja con la visión de Merkel, que el jueves ya dejó claro que ve el burka como un impedimento para la integración. «A mi modo de ver, una mujer con burka en Alemania apenas tiene alguna posibilidad de integrarse».