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Efectos devastadores inmediatos de la robótica en la destrucción de empleo

Redacción




No son juguetes mecánicos. /Foto: elmundo.sv.
No son juguetes mecánicos. /Foto: elmundo.sv.

Luis Bru

Los efectos de la robótica en el mercado de trabajo serán desastrosos con carácter inmediato, a corto plazo. En España, en la actualidad, el 8% de los puestos de trabajo son ocupados por robots, pero en 2020 este porcentaje se elevará al 26%.

Según Carlos Sánchez, en El Confidencial, “si antes el progreso científico era capaz de crear empleo a medio y largo plazo tras un choque inicial (efecto sustitución), hoy esas expectativas se han truncado”.

Según las estimaciones del servicio de estudios de CaixaBank, un 43% de los puestos de trabajo actualmente existentes en España tiene un riesgo elevado (con una probabilidad superior al 66%) de poder ser automatizado a medio plazo, mientras que el resto de los puestos de trabajo quedan repartidos a partes iguales entre el grupo de riesgo medio (entre el 33% y el 66%) y bajo (inferior al 33%).

Carlos Sánchez, en El Confidencial aporta datos como que en un estudio publicado por los profesores Carl B. Frey y Michael A. Osborne, de la Universidad de Oxford, estima que la tecnología ya es capaz de automatizar, incluso, profesiones cualificadas, mientras que aquellas en las que la interacción humana y la creatividad tienen más importancia (médicos de familia, músicos) son las que están más protegidas. Según Adrià Morron Salmerón, autor de un estudio de CaixaBank, contables, analistas financieros o economistas están entre las profesiones cualificadas que pueden sufrir más la competencia de las máquinas.

Se supone que las profesiones y los puestos de trabajo más amenazados son los “manuales y repetitivos”, pero, ¿cuáles no entrañan un cierto nivel de repetición? Y ¿en cuánto tiempo los que se consideran creativos no encontrarán sustitución? Es un engaño pretender que una formación más elevada inmuniza hacia los riesgos devastadores de la robótica. En cualquier caso, entre los países más expuestos, según un estudio de la OCDE, los tres primeros en el ranking son Alemania, Austria y España. En nuestro país, la destrucción de empleo sería del 12% a corto plazo.

La robótica destruye empleo. Como sostienen los autores de un estudio de CCOO, las nuevas industrias ofrecen menos empleos para trabajadores no cualificados o infracualificados. Es decir, los puestos de trabajo suprimidos por causa de la automatización no se cubren, por la magnitud y la velocidad con que se produce el cambio tecnológico, y cuya aceleración no tiene precedentes en la reciente historia de la economía.

Los robots ya son capaces de sustituir empleos con conocimientos intermedios en sanidad, transporte o tareas administrativas, ya que se basan en la rutina. Y ese proceso productivo puede ser sustituido por máquinas. El impacto a corto plazo no sólo se dará en la industria, sino también el sector servicios y la Administración.

El profesor Salvador del Rey, catedrático de Derecho, que estima que el coste de crear un robot caerá un 20% el próximo año, al tiempo que su rendimiento aumentará un 5%. Pero mientras que las personas doblan su productividad cada 10 años, los robots, como mínimo, lo hacen cada cuatro. Sin olvidar que el tiempo de amortización de un robot era en 2015 de 5,3 años y en 2025 se reducirá a 1,3 años.

Como resalta Carlos Sánchez en El Confidencial, hablamos de “robots que, además, serán cada vez más autónomos y capaces de interactuar y de ejecutar y tomar de decisiones más complejas. Gracias al ‘big data’, los robots disponen ahora de una formidable base de datos que les permite experimentar y aprender qué algoritmos funcionan mejor”. La deslocalización empieza a ser cosa del pasado, mientras la digitalización, robotización y la impresión 3D se presentan como el inmediato futuro.

Un informe del Foro Económico Mundial estimaba que hasta 2020 desaparecerán 7,1 millones de puestos de trabajo en los países avanzados y se crearán 2,1 millones. El avance tecnológico es de tal magnitud que un estudio de McKinsey estima que hoy mismo se podrían automatizar el 45% de las tareas existentes en EEUU.

Otro efecto perverso es un incremento de la desigualdad, en niveles muy superiores a los conocidos, con la destrucción de empleos bajos e intermedios, como ya se viene produciendo.