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La inmigración nunca ha de ser subvencionada

Redacción




Los políticos han generado el conflicto de la inmigración. /Foto: elcorreo.es.
Los políticos han generado el conflicto de la inmigración. /Foto: elcorreo.es.

Luis Bru

Una de las formas de dominio establecida por la oligarquía en proceso de concentración de poder y de la casta parasitaria –política, económica y mediática- es la generación de conflictos sociales, que luego administra a su conveniencia.

El conflicto más claro generado por esa trama de intereses esclavista es la inmigración. Relacionada con la burbuja inmobiliaria, para conseguir mano de obra barata, y aún más con genéricos e irresponsables efectos llamada, mediante la promesa de servicios “gratuitos” de educación y sanidad, y la introducción en la cultura de la subvención, la población española se ha incrementado artificialmente y lo ha hecho de forma que pone en riesgo la cohesión social mediante la ausencia de un mínimo de valores comunes y, con frecuencia, en abierta contraposición, como propugna esa especie suicida y estúpida del multiculturalismo.

De esa manera, se han producido, por una parte, procesos parasitarios de enriquecimiento de poblaciones dependientes de las ayudas estatales, que no pueden sostenerse, y , por otro, una peligrosa islamización, demográficamente expansiva, que utiliza a su favor las contradicciones del sistema y complejos de culpa impuestos con machacona insistencia por los medios de comunicación.

La oligarquía se blinda a los conflictos que crea en sus urbanizaciones privadas

La oligarquía y los políticos a su servicio se blindan a los efectos perniciosos de este auténtico desmadre mediante urbanizaciones privadas, coches oficiales, escoltas y el monopolio de la violencia estatal puesto a su servicio, de forma que no les afecta el conflicto, en términos de inseguridad, que ellos mismos han creado.

La inmigración nunca ha de ser subvencionada. Ningún extranjero ha de recibir subvención. Son los políticos los que han generado el caldo de cultivo propicio al seguimiento de la xenofobia. Más aún, los que han promovido un medio ambiente en el que crece la xenofobia contra los españoles y lo hace financiado con sus impuestos. Eso es muy claro en los grupos islámicos que tienden cada vez más al integrismo y que son financiados por los contribuyentes (según el Ministerio de Trabajo, la mitad de los varones marroquíes llevan años sin cotizar pero reciben ayudas sociales).

De esta lamentable y peligrosa situación son responsables tanto el PSOE como el PP, y en muchos aspectos más el PP. La inmigración es conflictiva cuando se subvenciona y cuando lastra los servicios públicos como grupo parasitario, conduciendo a la situación de gueto.