Virginia Montes
Marion Marechal Le Pen, diputada francesa, llama a los franceses a despertar ante la amenaza islamista: «Matan a nuestros hijos, asesinan a nuestros policías y degüellan nuestros sacerdotes. ¡Despertad!».
Ante la inoperancia, los llamamientos a la unidad de François Hollande y Manuel Valls ya no tienen eco. Se exigen medidas concretas. El hecho de que uno de los asesinos estuviera en la calle cuando había intentado entrar en Siria y era un reconocido integrista ha puesto también el punto de mira sobre la Justicia francesa.
El Frente Nacional propone expulsar a todos los imanes radicales, desautorizar a los Hermanos Musulmanes y poner fuera de la ley a la Unión de Oganizaciones Islámicas de Francia (UOIF).
Nicolás Sarkozy ha manifestado que las «argucias jurídicas«, «las precauciones» y «pretextos» ya «no son admisibles«. Sarkozy pretende – entre otras cosas- que los acusados de terrorismo con doble nacionalidad pierdan la francesa y sean expulsados del país tras su condena; quiere que los radicalizados considerados «S» sean encerrados y controlados las 24 horas del día.