Editorial
Viene una era de liderazgos fuertes con un rearme moral de las sociedades libres que borrará toda la inmundicia anestesiante de la corrección política. Liderazgos fuertes que se dirigirán a las personas, ahora indefensas y desarmadas, y no a las élites depredadoras.
Liderazgos fuertes que regenerarán las democracias con su energía vital y que se dirigirán al pueblo con la verdad, sin engaños ni traiciones, que devolverán a los sitios de honor la honradez, el espíritu de servicio, de sacrificio, la laboriosidad, la responsabilidad y la alegría de vivir.
Liderazgos fuertes que defiendan a las sociedades ahora desprotegidas de los enemigos exteriores e interiores. Que funcionarán mediante la razón y no a través de sentimentalismos. Liderazgos fuertes que utilizarán las palabras en su sentido primigenio, sin eufemismos ni circunloquios, sin frases hechas para la galería.
El fracaso de los liderazgos débiles está a la vista de todos los ojos, con rendiciones cotidianas, con sus frases manidas, con sus compadreos y corruptelas. Y, por instinto de supervivencia, rompiendo los ponzoñosos cordones sanitarios mediáticos, las sociedades emergerán de su letargo, de su pequeño carpe diem adocenado y pastueño, que se plasma en crisis, decadencia y suicidio colectivo.
Viene una nueva era con nuevos políticos –pues los actuales no sirven, están demasiado degradados para esperar nada de ellos- en la que las personas recuperarán su identidad abierta y con ella su autoestima. Y las gentes, caídas las escañas de sus ojos y el temor de sus corazones, exigirán responsabilidades a cuantos las han traicionado.
Esos liderazgos fuertes recuperarán el sentido de nación y su libertad interna. Habrán de dar la vuelta a la educación como un calcetín, para erradicar el derrotismo y la degradación de lo políticamente correcto y depurarán la Justicia.
Y el patriotismo no será vergonzante, sino gozoso. Esa era de liderazgos fuertes se ha iniciado ya, está en sus comienzos, pero ha atravesado ya la zona de peligro y avanza. Esa es la era por la que apuesta Rambla Libre.