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Antonio Pérez Henares abre una fisura en la corrección política

Redacción




Antonio Pérez Henares. /Foto: rtve.es.
Antonio Pérez Henares. /Foto: rtve.es.

Miguel Sempere

Fisura en la corrección política en el programa “El cascabel”, dirigido por el lacayo pepero, Antonio Jiménez. Tras los cuatro atentados sucesivos en Alemania, se ofreció una interesante y aséptica crónica desde Berlín, que describió tanto el terror que se ha extendido por la sociedad alemana como las fuertes críticas a Ángela Merkel, incluidas las del emergente Alternativa por Alemania.

Turno para los contertulios, girando sobre sí mismos y no saliéndose del guión. El lacayo Francisco Marhuenda poniendo en la mente de la gente cuestiones sensatas que él, por supuesto, no piensa. Graciano Palomo romo con referencias de entendido a los servicios secretos. Ketty Garat, en su línea, reiterativa e insustancial, saliéndose por los cerros de Úbeda, de los locos que andan sueltos; seguida por Carmelo Encinas, que en materia de corrección política, es un ignorante ilustrado de estricta observancia, al igual que la prosocialista Esther Jaén.

Llegó el turno de Antonio Pérez Henares, por lo común un lacayo pepero ceñido al argumentario, y se vio la dificultad creciente para mantener la autocensura. Pérez Henares empezó diciendo que estaba “harto de la monserga”, de que “si la xenofobia y la islamofobia”, y de que “esto beneficia a la extremaderecha”, para recalcar que no hay integración –la ignorante superlativa de Ketty Garat que sí la había en Francia, que es donde menos la hay-, que los refugiados son un problema, que “en Francia hay barrios enteros donde no se respetan los principios de la laicidad de la República ni puede entrar la Policía”. Y llegó hasta el punto de preguntar: “¿qué vamos a hacer? ¿dejarnos matar?”. Era demasiado para el lacayo mediocre que es Antonio Jiménez, que hizo lo que él sabe hacer en estos casos: cambiar de tema, porque “no vamos a resolver esta cuestión en veinte minutos”.