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El terrorismo de la corrección política

Redacción




Ángela Merkel ha llevado al desastre a Alemania. /Foto. diarioregistrado.com.
Ángela Merkel ha llevado al desastre a Alemania. /Foto. diarioregistrado.com.

Virginia Montes

Durante horas, la masacre de Munich ha sido presentada como un atentado de la ultraderecha antiimigración y se ha sostenido por fuentes oficiales que, en ningún caso, era un atentado de terrorismo islamista.

El propio portavoz de la policía de Munich, Marcus da Gloria Martins, afirmó que “no hay indicios de un atentado islamista”.

Durante horas, fueron tres los atacantes, aunque eso pueda ser disculpable por el caos del atentado.

Se difundió que “uno” de los atacantes había gritado “extranjeros de mierda”, “yo soy alemán”.

Puede tenerse la desagradable sensación de que las autoridades alemanas y a sus responsables policiales les “convenía”, que fuera un atentado de la extremaderecha, lo cual sería una extraordinaria novedad, porque aquí todos los atentados son perpetrados por musulmanes (excepción el asesinato de Jo Cox).

La corrección política ha conseguido tal corrupción moral de las mentes que las fuentes oficiales no son fiables. Hay un terrorismo añadido de la corrección política. Ya vimos al jefe de la policía de Baviera balbucear que en el terrible atentado del tren, perpetrado por un refugiado afgano de 17 años, se estaba investigando el móvil político, a pesar del grito islámico del tarado asesino, de que tenía una bandera del Daesh en su habitación y de que ese grupo terrorista difundió un vídeo del asesino.

Pero lo de la masacre de Munich en un MacDonalds de un centro comercial de Munich ha superado todos los límites de la confusión mental y la mendacidad oficial.

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A Ángela Merkel, a las autoridades alemanas, a los cargos políticos oficiales no las conviene que los musulmanes maten porque eso cuestiona toda la política de acogida de falsos refugiados, toda la permisividad hacia el islamismo fundamentalista y toda la perversa promoción del multiculturalismo que está convirtiendo a las naciones europeas en campos de una guerra soterrada. Pero es lo que hay y lo que no se quiere ver y lo que está dejando, por el momento, indefensas a las sociedades europeas, a las que sus responsables políticos les lanzan el mensaje desalentador de que “hemos de acostumbrarnos a vivir con el terrorismo” y un terrorismo despiadado e indiscriminado.

A Ángela Merkel, a las autoridades alemanas, al portavoz de la Policía de Munich no les conviene que toda su mentira se venga abajo y la gente indefensa se dé cuenta de la verdad; no les conviene que suba Alternativa por Alemania. Y por todo ello ayer hicieron un deleznable ejercicio de desinformación. Perfectamente evitable, porque el terrorista muerto, suicidado, el único terrorista, podía haber sido identificado, desde el primer momento, como un joven musulmán alemán de origen iraní.

Tenemos dos enemigos: el terrorismo islamista y la corrección política.