Miguel Sempere
Ana Pastor ya es presidenta del Congreso con 169 votos, frente a los 155 que obtuvo Patxi López, en segunda votación. El gesto más significativo fue que los diputados de Unidos Podemos votaron al candidato socialista. Mariano Rajoy sigue alimentando la ficción frente a las matemáticas. El pacto de Mariano Rajoy y Albert Rivera no suma lo suficiente para gobernar. Sigue dependiendo del PSOE, que puede, condescendientemente, dejar gobernar a Mariano Rajoy, pero éste no podría dar a la nación estabilidad.
Las posturas no han cambiado. Mariano Rajoy sigue diciendo que no acudirá a la investidura si no tiene suficientes apoyos y Pedro Sánchez no descarta dar un paso adelante si Rajoy falla. Nada ha cambiado pues, salvo el descrédito por adelantado que recae sobre Albert Rivera y Ciudadanos, que ya es un partido amortizado, que necesita tocar poder como sea para no tornarse más irrelevante aún.
La primera votación para elegir presidente del Congreso se saldó con 169 votos para Ana Pastor (PP); 85 para Patxi López (PSOE); 71 para Xavier Domenech (Podemos); 8 para Francesc Homs (CDC) y 17 en blanco. En la segunda ronda, los 71 diputados de Podemos y sus confluencias han apostado por Patxi López, habida cuenta que su candidato Xavier Domenech no tenía ya posibilidades. El socialista podría haber ganado si los 25 diputados de las formaciones nacionalistas le hubieran dado su apoyo, algo que finalmente no ha sucedido. ERC, PNV, CDC, Bildu y CC han votado en blanco.
Este movimiento de Podemos puede tender puentes hacia el PSOE, con unas relaciones ahora muy difíciles entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Nada ha cambiado, por mucha propaganda lacaya que se propague. El portavoz del PP, Rafael Hernando siguió declarando que Mariano Rajoy no acudirá a la investidura si no tiene apoyos suficientes. Albert Rivera indica que este pacto no puede considerarse directamente relacionado con un acuerdo de legislatura, cuyas negociaciones no se han llevado a cabo.
El número dos y secretario de Organización, César Luena ha asegurado que si Rajoy no consigue ser investido, «entra en la lógica y parece razonable» que lo intente otro. Eso sí, ha admitido que esta posibilidad es «muy difícil».