Enrique de Diego
Una oscura, y cada vez más espesa, sombra de ilegitimidad se cierne sobre el 26J y sus resultados. No sólo porque todas las encuestas, incluidas las a pie de urna, nos hablaran –a tenor de los resultados ¡del Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz e INDRA (y de Eduardo Inda)- de otro mundo, que a mí me parece el real, ni porque la empresa encargada del recuento informático –donde puede darse el pucherazo a lo Matrix- sus directivos sean nombrados por el PP y tenga a dos de ellos imputados por pagar con dinero B estrategias oscuras de la trama Púnica en la red, ni porque el bocachanclas del Comisario de Honor del Cuerpo Nacional de Policía, Francisco Marhuenda –el mismo que abandonó la política por chorizo- clavara el resultado tres días antes…sino porque tenemos ya datos, datos fehacientes que no cuadran con el computo global. Y todo, todo, todo apunta a un pucherazo descomunal.
Ha aumentado la participación en el voto por correo y el CERA
Datos concluyentes: ha aumentado la participación en el voto por correo y también en el voto CERA, de los residentes en el extranjero, que precisa trámites burocráticos complejos. El voto por correo aumentó el 86,5 y el voto CERA también aumentó, pasó del 4,7 al 6,25%.
¿Por qué iba a descender la participación en las urnas directas?
Y más aún, ¿por qué toda esa abstención, toda, toda, iba a ser de antiguos votantes de Podemos e Izquierda Unida?
Permítaseme una ironía: según he visto en las televisiones del régimen, esto se debe ¡a la influencia de Gaspar Llamazares! Al que le siguen cuatro y el de la tiza.
Resumo las conclusiones del espléndido estudio de Berta Bartet Porta en El Confidencial sobre ese misterio enervante del 1,1 millones de votos de Podemos perdidos:
- “ninguna encuesta electoral había predicho que esa bolsa se iba a extraviar” ¡1,1 millones de votos, casi nada!
- Entre Podemos y PSOE, “la transferencia de votos es muy limitada y favorece a Podemos”
- Suben PACMA, Recortes Zero y Esquerra Republicana, “la magnitud de esa mejora queda muy lejos del millón de votos perdidos”
Nadie se abstiene del PP, que moviliza a su electorado y recupera de Ciudadanos; nadie se abstiene del PSOE (transfiere algunos votos a Podemos); nadie se abstiene de Ciudadanos (transfiere votos al PP). ¡Oh! Casualidad: todos, todos los que se abstienen son exvotantes de Unidos Podemos, sin que se nos alcance las razones. Es una pájara monumental justo cuando van a entrar en meta. Es más, la lógica está en contra:
- Repito: ha aumentado la participación tanto en el voto por correo como en el voto CERA.
- No hay ningún signo de desmovilización en Unidos Podemos que llena los mítines, incluido el de fin de campaña.
- Ninguna encuesta detecta ninguna desmovilización.
- La formación de una coalición, como movimiento activo y constructivo, en un momento de bloqueo, implica una pulsión de ilusión positiva
- Ir subiendo en las encuestas genera lo que la doctrina conoce como la “moral del vencedor”, que tiene prima, pues mueve a indecisos a apuntarse a ganador.
Y están los datos del voto CERA, que desde el punto de vista de la contrastación, son concluyentes:
- Aumenta la participación
- Hay sorpasso
- Gana Podemos
B y C son las mismas tendencias que se dieron en el 20D en el voto CERA. Ni una ligera ventolera.
Y ¿entonces de dónde sale ese terremoto abstencionista?
El voto CERA echa por tierra todas las esotéricas razones que Pablo Echenique, secretario de organización de Podemos, ha propuesto a los círculos para su debate: del brexit, por la alianza con IU, la gestión de las conversaciones de investidura después del 20D, el derecho a decidir, el discurso socialdemócrata, los debates electorales, «la mano tendida al PSOE», los audios del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, los spots electorales, Venezuela, «el miedo a que Podemos pueda gobernar» o «los ayuntamientos del cambio».
Según Pablo Iglesias, hubo gente que tuvo “miedo a que gobernáramos” y se quedó en casa. Voto de castigo, pero no de Gobierno. ¡Pero no lo hacen ni en el voto por correo ni en el CERA! Las pruebas están en contra. Es una razón subjetiva, que en psicología se denomina proyección: es Pablo Iglesias quien tiene miedo a gobernar. Ya dijo que no sabía, si se me permite la broma, como se tomarían sus dos perros ir a Moncloa. Él, con los suyos, ha hecho una proeza: resquebrajar el sistema, poner nerviosa a la casta. Todo mi reconocimiento. Pero si hubiera habido miedo a que gobernara –cuando las encuestas no daban que obtuviera mayoría absoluta y siempre dieron al PP la primera posición- lo lógico es que los votantes se hubieran ido a otras opciones, que hubiera habido una multiplicidad de decisiones personales, pero no esa especie de extraña unanimidad de quedarse todos en casa. Pero, insisto, también esa hipótesis queda descartada por el voto CERA, pues al tiempo que sube la participación sigue ganando Podemos, sube el PP y bajan PSOE y Ciudadanos. Datos fehacientes coincidiendo plenamente con las encuestas. Por supuesto, que las encuestas yerran y tienen cocina pero no fallan en las tendencias y menos cuando éstas son unánimes.
Por analizar que no falte: vamos con lo del Brexit
Sólo quedan dos hipótesis en liza: el pucherazo (para el que el Gobierno corrupto del PP tenía el móvil y los instrumentos) y el Brexit. Entre la emisión del voto CERA y la jornada del 26J el acontecimiento relevante que se produce es el triunfo del Brexit. La única explicación posible es que 1,1 millón de votantes de Podemos hayan optado por abstenerse a la vista del resultado del referéndum inglés. ¿Por qué?
Voz Populi ha salido al quite del sistema y pregunta precisamente a los dos sociólogos que llevaron a cabo las encuestas a pie de urna. Para el director de investigación y análisis de Sigma Dos, José Miguel de Elías, quien considera que «mientras en Reino Unido ha habido una opción mayoritaria que se ha arriesgado y ha votado por salir de la Unión Europea, en España se ha producido un movimiento justo en el sentido contrario, la gente ha votado por lo conocido frente al riesgo que pueden suponer otras opción desconocidas». «Desde ese punto de vista, se ha producido una tendencia que ha favorecido al Partido Popular», asegura De Elías. Y de GAD3, Narciso Michavila, sostiene que «no podemos saber exactamente qué impacto ha tenido el brexit«. En todo caso, subraya, «el análisis hay que hacerlo de abajo a arriba: dudo que el votante de La Palma del Condado (Huelva) estuviera pendiente de que lo pasa en el edificio de la Bolsa o de lo que está ocurriendo en el Reino Unido». «¿Esto explicaría entonces que un millón de votantes de Podemos se haya quedado en casa?».
El Brexit puede haber tenido alguna influencia favorable a favor del PP. Las encuestas establecieron que no tenía ninguna, pero ese efecto es posible que se produjera. Reino Unido era un socio peculiar de la UE que mantenía su soberanía monetaria, la libra.
Podemos, si se le sitúa en el populismo, está en las antípodas del Frente Nacional de Marine Le Pen, no es euroescéptico. Estaba a favor del remain. No mantiene una postura sustancialmente distinta en lo relativo a Europa a los otros partidos, salvo quizás una dosis más alta de ilusión europeísta aunque no sientan ninguna pasión por Ángela Merkel. Es sencillo dictaminar que el Brexit no tenía por qué tener la más mínima influencia en el electorado del Brexit.
Una última reflexión, por ahora. Por supuesto, apoderados e interventores están para impedir que haya pucherazo y en el ámbito de las mesas es imposible…Bueno, no del todo. En Toledo, los apoderados e interventores lograron anular mil votos de Unidos Podemos por una pequeña diferencia en la impresión del anagrama de las papeletas. Es decir, que hay apoderados e interventores…del PP…que fueron dispuestos a dar el pucherazo. Y si eso hacen las bases, ¿qué no estaría en la cabeza de sus jefes?
Pero, cierto, un pucherazo, inmenso y descomunal pucherazo de 1,1 millones de votos no se puede dar en las mesas. Eso sólo es posible en la informática, eso sólo se puede hacer con el sistema informático, eso sólo lo puede hacer Indra que tiene a un exconsejero delegado y a un director general imputados por pagar a Púnica servicios turbios al PP de Alejandro de Pedro, que hizo baja temeraria –del 40%- y que ha sido contratada por el espía aficionado Jorge Fernández Díaz. Y lo demás es comentario y marear la perdiz.
En una decisión discutible Pablo Iglesias y la dirección de Podemos no han cuestionado los resultados ni han realizado ni pedido recuento. Nada saldrá en claro del debate planteado por Pablo Echenique porque ni una sola de las razones ni todas juntas justifican nada y mucho menos ese auténtico terremoto de la desaparición en el éter de 1,1 millones de votos de Unidos Podemos. Pablo Iglesias no ha pecado de vanidad –como ahora se le acusa, pues, insisto, ha protagonizado una historia de proeza y de grandeza- pero sí de ingenuidad.
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