Miguel Sempere
Tras el estupor de los sociólogos –“no comprendemos al electorado de Podemos”- llega el fracaso de los analistas y algunas maniobras de distracción de medios adictos al PP como El Confidencial Digital, de José Apezarena. Las sospechas no hacen otra cosa que crecer a medida que pasan las horas y no hay explicación lógica a la abstención masiva de exvotantes de Podemos. Un caso de esoterismo o parapsicología o un pucherazo como un capazo.
Todas las encuestas, incluida la macro del CIS daban una subida de Podemos en términos de sorpasso, lo dieron también las andorranas y también las encuestas a pie de urna, coincidentes, incluida la macroencuesta de Sigma Dos, con un muestrario que dejaba muy poco margen para el error.
Fracasados los sociólogos, establecida una foto fija, llega la hora de los analistas y el fracaso es añadido: no se encuentra ninguna explicación lógica a que hayan desaparecido en el éter 1,1 millones de votantes de Podemos. Berta Barbet Porta ha hecho, para Voz Populi, un estudio pormenorizado de los resultados a la búsqueda de esos votantes perdidos.
Por de pronto, a estas alturas, los datos del Ministerio del Interior, cuyo titular es el inefable Jorge Fernández, ni tan siquiera son fiables respecto a a los datos de participación. Así Berta Barbet Porta, detecta “baile de cifras del censo, que ha hecho que los datos de participación de la web del Ministerio sean poco fiables a estas alturas”. ¡Ni tan siquiera son fiables los datos de participación”.
No hay transferencia hacia el PSOE, algo, sí, hacia Podemos
Hay en Unidos Podemos un fracaso de las expectativas y, además, un 1,1 de millones de votos perdidos respecto al 20 D. ¿A dónde han ido? ¿Quizás al PSOE? No. Según la analista citada, cotejados los datos, “Podemos e Izquierda Unida pierden menos ahí donde el PSOE aguanta mejor”. Es decir, no hay transferencia alguna de votantes de Podemos hacia el PSOE. Hay transferencias limitadas y desde el PSOE a Podemos: “la transferencia de votos es muy limitada y favorece a Podemos”.
La analista también contempla las mejoras en votos de PACMA, Recortes Zero y Esquerra Republicana, competidores de Podemos, pero son cifras insignificantes. “La magnitud de esta mejora queda muy lejos del millón de votos perdidos”
“Podemos parece perder menos votos en las circunscripciones donde más alta fue la participación”. Nos encontramos ante un auténtico misterio sociológico, pues esa inmensa bolsa de votos, decisiva, constituye un auténtico terremoto social, que, lógicamente, hubiera dado señales imperiosas de su existencia; sin embargo, “ninguna encuesta electoral había predicho que esa bolsa se iba a extraviar”. Tampoco hubo mensajes en la campaña en ese sentido. Nadie detectó desmovilización, ni los propios ni los extraños.
De hecho, ¡subir en las encuestas nunca desmoviliza! Se denomina la “moral del vencedor” y representa una prima, pues una parte de los indecisos tienden a apuntarse a la tendencia ascendente. Es decir, el ascenso en las encuestas de Podemos tiene un efecto colateral de aumento del voto del miedo que benefició al PP, pero nunca puede tener un efecto desmovilizador sino todo lo contrario.
Un medio adicto al PP, El Confidencial Digital, intenta dar una explicación, que no pasa de una burda maniobra de distracción: habría habido boicot desde Izquierda Unida. Se cita rechazo de coordinadores en Madrid, Andalucía (Almería, Sevilla, Jaén) y Asturias, que “promovían la abstención o el voto a otros partidos”. ¿A qué partidos? Ya hemos visto que no habido trasvases de votos significativos y prácticamente desde PSOE a Podemos. En el caso de Madrid se dice que en sedes de IU de Fuenlabrada y Arganda había carteles contra votar a Unidos Podemos. Estamos ante un periodismo de bajos vuelos. Estamos hablando de un fenómeno nacional de 1,1 de votos perdidos, no de unos cuantos desencantados. El pacto fue refrendado por las bases de IU y, en los términos pactados, con generosidad por parte de Podemos, era altamente beneficiosa para IU. El pacto generó notoriamente ilusión, pues fue el único paso constructivo en todo el panorama político tras el 20 D.
Sigue siendo un enigma más propio del esoterismo y la parapsicología: 1) como 1,1 millones de votantes de Unidos Podemos han pasado a la abstención; 2) cómo todo el aumento de la abstención corresponde a Unidos Podemos. Es decir, ha votado todo el mundo menos los de Podemos. O los votantes de Podemos han tenido miedo de que ganara Podemos, lo cual no tiene ninguna lógica, o ha habido un pucherazo como un capazo. Hay que despejar esa duda.