La polarización beneficia a Podemos

Luis Bru
El final de la campaña está siendo marcado por una polarización en torno a PP y Podemos, con reclamaciones de ambas formaciones al voto útil, intentando cosechar en el electorado de Ciudadanos los de Rajoy y en el del PSOE los de Pablo Iglesias. Esta polarización beneficia a Podemos.
La misión de Ciudadanos, fallida, era servir para el PP siguiera en el poder, recogiendo el voto de aquellos votantes populares, sobre todo jóvenes, a los que producía rechazo la corrupción del PP y el inmovilismo de Rajoy. Se trata, en principio, de un voto de aluvión, poco fidelizado y muy dependiente de la influencia mediática. El PP considera que son “suyos” y está poniendo a todo gas la máquina de infundir miedo y de llamar a concentrar el voto frente al “radicalismo”.
Ciudadanos obtuvo el 20 D 3.500.446. El problema para el PP es que los votos que robe a Ciudadanos en circunscripciones pequeñas, como Segovia o Ávila, no le sirven, porque el beneficio electoral en el reparto ya lo obtuvo.
Las elecciones se van a decidir en las circunscripciones con mayor densidad de población y mayor número de escaños en litigio. Es decir, en los núcleos urbanos fuertes. Podemos, de hecho, tiene su punto más débil en las zonas rurales, más conservadoras. Sin embargo, a sus 5.180.333 votos del 20 D suma los 923.105 de Izquierda Unida, que estaba también mejor posicionada en las zonas urbanas.
El PSLOE obtuvo 5.530.693 votos, concentrado fundamentalmente en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. Podemos tiene un caladero hipotético mayor y puede sacar más rédito en escaños si consigue una cosecha significativa en las ciudades, en las grandes circunscripciones.
De lo que no hay duda, es de que el PP revalidará la mayoría absoluta en el Senado, toda vez que el PSOE no se prestó a ir en candidaturas conjuntas con Podemos.