Miguel Sempere
Donald Trump, ya candidato a la presidencia por el Partido Republicano, frente a las campañas de los medios y del stahblisment, representa un giro copernicano frente a los liderazgos débiles que padecen las naciones occidentales. Lo ha vuelto a mostrar con motivo de la masacre de Orlando.
Frente a las melifluas y delicuescentes reacciones de Barack Husein Obama –un criptointegrista al que las petromonarquías han regalado una mansión en Dubai- y de Hillary Clinton –quintaesencia de la corrección política y financiada por Arabia Saudí con nada menos que con el 20% de sus fondos de campaña- Donald Trump, candidato republicano a la presidencia, salió con claridad situando la masacre como un “acto de terrorismo del radicalismo islámico”.
Trump exigió a Obama que lo calificara como lo que es o que renunciara. Después ha seguido la polémica, aunque no viene al caso, porque Obama es ya pasado, después de haber protagonizado dos delirantes legislaturas al servicio del integrismo islámico, pudiendo ser considerado en justicia el padre putativo del Estado islámico, al que financió, armó y dio preparación militar, bajo la cobertura de “rebeldes sirios”. No es ni un secreto desvelado, ni una suposición, es una partida presupuestaria existente en el Presupuesto de los Estados Unidos y aprobada por el Congreso.
Lo importante es que Obama ha introducido cambios sustanciales, un auténtico giro copernicano, en el discurso de los liderazgos débiles de las naciones occidentales, que amenazan con hacerlas sucumbir. Algunos de esos cambios son:
- Un cambio en la semántica, ni yihadista, ni tan siquiera terrorista, al asesino de Orlando, Trump lo ha tildado, apropiadamente, de “tarado”. El islamismo está produciendo muchos “tarados”.
- No se permitirá la entrada en Estados Unidos de musulmanes, especialmente provenientes de Siria. Para ello, Trump ha buscado una línea legal coherente: no se permitirá la entrada de quienes provengan de naciones donde esté probado que hay un caldo de cultivo terrorista.
- Se responsabiliza a la “comunidad islámica”. Se acabó lo de que el islam es la paz o lo de ‘estigmatizar’ a los musulmanes. Trump dice que la comunidad musulmana no informa de los que están a punto de estallar y cometer actos terribles de odio. Al asesino de Orlando no le denunció nadie de esa comunidad, aunque era bien conocido por su inestabilidad mental.
- Rapapolvos al FBI. Trump dice ser un “forofo” del FBI y entender que lo deben estar pasando mal, pero, en resumidas cuentas, no se puede seguir con estos fallos tan clamorosos y letales.