AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Vladimir Putin, el providencial liderazgo emergente

Redacción




Miguel Sempere

El presidente de Rusia, Vladimir Putin –lo más parecido a un zar con una incontestable legitimidad democrática- irrumpió, a través de Siria, en la escena internacional poniendo en evidencia el fracaso de Estados Unidos y la Unión Europea, sumidos en la confusión relativista. Estamos ante un providencial liderazgo, que puede evitar la consumación del genocidio de los cristianos en Oriente Medio.

Rusia ha sido un aliado firme de Bashar Al Asad. Ese es motivo suficiente para acudir en su apoyo. Mantener su influencia en la zona. Es también un suministrador de armas al régimen sirio. Pero la intervención decidida de Rusia, con una importante presencia de su aviación, cifrada en cerca de noventa aviones, entre ellos 6 del moderno y eficaz Sukhoi SU-34, ha sido el pedido de la jerarquía de la Iglesia ortodoxa de evitar el genocidio de los cristianos que, con la complicidad de Obama, Merkel, Rajoy, etc., y por dictado de Arabia Saudí, se viene perpetrando en Siria e Irak desde que Estados Unidos y la UE montaron una guerra hace cuatro años contra el Gobierno legítimo de Siria, a favor de los peores criminales del integrismo islámico.

Apoyo de la Iglesia ortodoxa

El patriarca Kirill, de Moscú y todas las Rusias, ha mostrado su respaldo público a la intervención, como “decisión responsable” del presidente Vladimir Putin para “defender al pueblo sirio, golpeado por el mal”, al tiempo que ha indicado que eleva sus oraciones “para que este conflicto no derive en una gran guerra, para que el uso de la fuerza no entrañe la muerte de civiles y para que todos los soldados rusos regresen vivos a casa”.

   Vsevolod Chaplin, portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa, citado por la agencia Interfax, ha ido más allá: “la lucha contra el terrorismo es hoy una guerra santa y nuestro país es probablemente el que más activamente la combate”. También ha añadido que “la decisión del Gobierno es conforme al derecho internacional, a la mentalidad de nuestros país y al rol particular que Rusia ha jugado en Oriente Próximo”.

Putin, con visión clarividente de la situación: reforzar las estructuras legales

Vladimir Putin había sido situado como un apestado internacional tras su firme postura en el conflicto de Crimea con Ucrania, en donde todavía se mantiene una guerra intermitente en las regiones de Donetsk y Lugansk. Crimea era provincia rusa desde 1.783 con Catalina II. En 1954 fue cedida por la República Soviética de Rusia a la República Soviética de Ucrania: fue un acto administrativo dentro de la antigua URSS. El 16 de marzo de 2014, en referéndum, los habitantes de Crimea decidieron su unión con Rusia, que más bien era una reunificación. Como dijo Putin, “el futuro de Crimea lo decidió la gente que vive en este territorio. Ellos votaron por la reunificación con Rusia y ya está, punto final”.

La intervención en Siria viene precedida por el manifiesto fracaso de la caótica Administración Obama y de la desnortada y decadente Unión Europea. Se trata de un conflicto inducido, provocado y financiado, que como ha reconocido Hillary Clinton, “se nos ha ido de las manos”.

   Putin ha dejado claro que es preciso “reforzar las estructuras legales” de Siria. Es decir, apoyar a Bashar Al Assad. El contrapunto está en Libia, donde la intervención de la OTAN en 2011, ha provocado “una verdadera desintegración como Estado”.

NO TE LO PIERDAS:   El Tribunal Supremo de Rusia prohíbe el "movimiento LGBT" por ser una "organización extremista"

Un claro fracaso de la coalición liderada por Estados Unidos

Tras cuatro años de guerra, con amplios territorios de Siria e Irak en manos del estado islámico y del Frente Al Nusra, puede decirse que la coalición internacional liderada por Estados Unidos ha cosechado un completo fracaso. Hay que plantar cara en serio al terrorismo, con una visión clara de la situación. Tal como dice Putin, “los terroristas dicen que se preparan para avanzar a La Meca, Medina, Jerusalén, a Europa, Rusia, Asia Central y el Sudeste Asiático”. Esos terroristas “realizan ejecuciones masivas, llevan el caos y la miseria a pueblos enteros, destruyen monumentos y santuarios religiosos”. Incluso, “más de dos mil oriundos de la exURSS combaten con el estado islámico, con lo que es mejor combatirlos en Siria que permitir que vuelvan”.

Estados Unidos, ha degenerado de potencia por la libertad a mera parodia

Con la presidencia de Obama, y bajo el influjo devastador del relativismo, Estados Unidos ha degenerado de aquella potencia por la libertad, que encomiaba Margaret Thatcher, a una parodia sumida en la confusión y la cesión. Ha cedido en Cuba, ha cedido con Irán, ha abandonado a Irak y Afganistán a su suerte, confiando en ejércitos locales desmotivados que sólo existen sobre el papel. Ha fomentado el integrismo, entregándole territorios ricos en petróleo, con el que puede financiarse; ha destruido Libia, sumiéndola en el caos (ha permitido que se asesinara a su embajador, sin respuesta alguna), ha provocado el desastre en Siria, con un éxodo masivo que corre el riesgo de desestabilizar a una Europa sin ideas ni principios y estuvo a punto de desestabilizar a Egipto, en favor de los Hermanos Musulmanes.

Todo este cúmulo de fracasos, toda esta serie de efectos devastadores es la consecuencia de la degeneración provocada por décadas de dictadura mental de lo políticamente correcto y del efecto corrosivo del relativismo moral y cultural.

Los kurdos, bombardeados por Turquía

Los únicos que han demostrado eficacia en la lucha contra el estado islámico han sido los peshmergas kurdos y ahora se encuentran atacados y bombardeados por Turquía, que se supone que es aliada de Estados Unidos, y miembro de la OTAN. Estados Unidos ha llegado al desfonde moral de financiar a grupos terroristas que luchan contra el régimen legítimo sirio por el mero hecho de que son algo menos salvajes que los del estado islámico y a los que se arropa con el calificativo relativista de “oposición moderada”.

La coalición internacional liderada por Estados Unidos, y que ha celebrado varias reuniones internacionales totalmente ineficaces, filtró que atacaría Mosul en mayo o junio, a fin de liberarla. Nada se ha hecho. Nada se sabe de las fuerzas iraquíes que están siendo formadas por instructores internacionales, entre ellos, doscientos legionarios españoles.

No deja de ser un sarcasmo que la Casa Blanca haya recibido los primeros bombardeos rusos como un contratiempo que “puede enconar el conflicto”. Eso dicho tras cuatro años de guerra resulta, cuanto menos, absurdo. Siria no vive una guerra civil, sino una agresión terrorista internacional, financiada por Arabia Saudí y Qatar, con integristas de todos los países –varios miles de ‘europeos’- preparados por Estados Unidos. Es la situación más demencial que pudiera imaginarse.

NO TE LO PIERDAS:   Ciudadanos desaparece de Madrid, según la encuesta de GAD3

Europa, la comparsa relativista

La Unión Europea viene actuando de comparsa. Reino Unido mediante el reflejo de la relación preferencial con Estados Unidos y el resto de Europa a rebufo de su actual falta de principios, que la hace incluso incapaz de identificar sus intereses. Se asesinó a Gadafi, que no representaba ya ningún problema, intensificando la conflictividad en el Mediterráneo y sometiendo a las fronteras europeas a una invasora presión, que ha puesto en evidencia la mediocridad de sus gobernantes, empezando por Ángela Merkel. Y sin aprender de los groseros errores cometidos, en esa incapacidad para el juicio que provoca el relativismo, se sigue insistiendo en que el objetivo es derrocar a Bashar Al Asad, que es un personaje decente, legitimado por las urnas y, desde luego, mucho más decente que los orondos y degenerados Saud.

La idea de que tras el derrocamiento de Al Asad se produciría una supuesta transición es un delirio de gente amoral o que podría abrirse paso a una Siria democrática con una reconciliación. Destruir las estructuras legales sólo provoca el caos y el fortalecimiento de la amenaza integrista.

Putin ha puesto, con su liderazgo, a Obama y a la UE en evidencia

Vladimir Putin, quien ha afirmado que no utilizará fuerzas terrestres, aunque eso es un propósito que resultará difícil de mantener, ha montado una base en Siria, en la región de Laketia, a la que ha trasladado una fuerza aérea que puede alcanzar los noventa efectivos, entre aviones y helicópteros. Estados Unidos y la UE –los mismos que permiten que se esté masacrando a los kurdos- han lamentado que no bombardee sólo al estado islámico. Esa es una recurrente afirmación relativista, porque las fuerzas que combaten a Bashar Al Asad son diferentes formas y grados de mal, pero, en ningún caso, una alternativa.

Putin ha mostrado un claro liderazgo. Nacido en 1952, en una familia humilde, estudió Derecho en la Universidad de Leningrado. Ingresó en la KGB, que lo destinó a Dresde (Alemania). Luego fue el delfín de Boris Yeltsin, hombre clave para la recuperación de la libertad personal en Rusia. En 1999, Putin fue presidente interino y desde entonces ha detentado el poder ininterrumpidamente, con un alto apoyo popular. En las elecciones de marzo de 2000, fue elegido con el 52,94 de los votos; reelegido, con el 71,31. En marzo de 2012, obtuvo el 63,60% de los votos. Actualmente, cuenta con un respaldo de popularidad del 80%.

Para su intervención, no sólo cuenta con el pedido de Siria, sino también de Irak. Como ha dicho, Bashar Al Asad, “es fundamental que tengamos éxito, porque si no todo Oriente Medio caería bajo el terrorismo”. Y eso es una verdad absoluta.

Recientemente, Vladimir Putin ha declarado que la crisis de Europa se debe a que “ha abandonado sus raíces cristianas”.